con menos de un kilómetro cuadrado de superficie, es uno de los pueblos más pequeños de España.
Se encuentra al borde de un abismo, en la cima de un risco de roca basáltica, de 50 metros de altura y un kilo metro de largo.
Una formación de restos de sedimento volcánico, que además está esculpida por la acción paciente de los ríos Fluviá y Toronell.

La Iglesia, recortada en el firmamento en lo alto del riscal, da escalofríos y es una de las imágenes más fotografiadas por el turista.

Tuvo el honor de ser uno de los primeros pueblos en conocer el teléfono.
Fue en 1904, cuando los alcaldes de los tres municipios de la comarca (OLOT, CASTELLFOLLIT y Begudá) decidieron establecer la comunicación telefónica entre ellos. La red se instaló tres años más tarde y pocos años después el teléfono llegaba al resto de España.

Posee el Museo del Vietnam. Miles de kilómetros separan el pueblos de Vietnam y sin embargo, aquí se puede visitar una exposición sobre la guerra de Vietnam que se considera única en Europa.