Las primeras referencias históricas del núcleo urbano son las que corresponden a un documento del año 974 que habla del "porto quod dicunt Armi-rodas", de una donación del conde Gausfredo de Ampurias al
monasterio. Hace falta dejar pasar mucho tiempo hasta llegar a principios del siglo XVIII en que hay documentos que hablan de un núcleo de
casas independente. En 1725 se inicia la construcción de la primera
iglesia. Al principio, eran casas de pescadores que vivían en
la Selva de Mar y otros
pueblos de los alrededores.
En estas casas se guardaba el
pescado y los utensilios de
pesca. Este pequeño núcleo fue creciendo hasta que en el año 1787 se independizó de la Selva de Mar mediante un privilegio de Villa Real concedido por S. M. el Carlos III.
Juntamente con la pesca, a mediados del siglo XIX fue tomando mucha importancia el
comercio de aceite y vino, hasta que numerosas plagas, especialmente la filoxera, atacaron los cultivos durante la segunda mitad del siglo XIX. Eso provocó un importante declive en la economía del
pueblo, por el cual muchas
famílias se vieron obligadas a emigrar.
Después de este desastre, sólo se recuperaron para el cultivo los
valles y las zonas bajas de las
montañas; a partir de los años 60 esta actividad fue disminuyendo, dejando la pesca como el principal recurso del pueblo.