En el exterior la
iglesia se caracteriza por su sobriedad decorativa. La
fachada se encuentra divida en dos niveles, separados por una pequeña cornisa que recorre todo el perímetro del
edificio, salvo en los absidiolos de la nave sur, de forma que se traduce el esquema de planta basilical de la iglesia. En el nivel inferior encontramos, la
portada de acceso y, a ambos lados de la misma, dos pequeñas
ventanas, con
arcos de medio punto. A la misma altura del salmer de los arcos de la portada hay un sarcófago, que forma parte de la colección del
Museo, y fue colocado allí en el siglo XX.