“La parte vieja de la ciudad, que se llamaba el Alto de la Villa, un
barrio antiguo, fue destruido totalmente. Tenía antiguos
conventos y
edificios monumentales”, nos cuenta. Aunque García-Saúco ya está jubilado sigue colaborando con el Instituto de Estudios Albacetenses y está pendiente de todo lo que pasa en la ciudad, por cuyo patrimonio ha peleado toda su vida. Hoy, otras asociaciones jóvenes, como Patrimonio Albacetense, continúan intentando proteger los
monumentos de la ciudad.