Los árabes, cuando poseyeron la ciudad en el año 712 cambiaron su ubicación al Cerro de
San Cristóbal y transformaron su nombre en AL- KARAZ, cuya traducción del árabe es “el
cerezo”, aunque según otra grafía, AL-KARAS significaría “lo consagrado”. Tampoco falta la sabiduría popular que relaciona
Alcaraz con alcarraza o vasija de barro. Tras la caída del califato en 1.031, el Hisn-al-Karas (fortaleza de Alcaraz) pasa a formar parte del reino de taifa de
Toledo, y tras su toma por parte de los cristianos en 1086 se engloba en el reino de
Sevilla. En 1.091 se incorpora, como el resto de los territorios de Al-Andalus, al imperio almorávide y sobre 1.172 se produce una gran inestabilidad en todo el territorio colindante que depende de la Cora de
Jaén, hasta que llega definitivamente su conquista por Alfonso VIII.