Subimos con el auto y aparcamos en la avenida de la Constitución. A nuestras espaldas, tras cruzar dos elegantes
columnas por el
camino de la
Virgen nos topamos con las
ruinas del antiguo
Acueducto de
Alcaraz. De época
medieval, se alza imponente en los pies del cerro de
San Cristóbal, donde se ubica esta hermosa localidad. De buenas a primeras, los adoquines del suelo se transformaron en un coqueto empedrado. Solo podía tener un significado, nuestro acceso a la
calle Mayor. Pasamos por debajo de un hermoso
arco de medio punto, el cual nos advertía de los encantos que estábamos a punto de admirar.