Princesa, los muros del castillo iluminado son testigo de que te juro amor eterno, y que tus besos son lo unico que pueden hacer que sus murallas caigan, como mi corazón ha caido bajo tu amor. Almansa no podra decir que después de este fin de semana sus batallas fueron las más grandes ni sus reyes los más importantes, solo puede decir que en estos días sus calles fueron pisadas por la mujer mas hermosa y la mejor compañera que ningún hombre pueda desear, pero esa parte de la historia la escribiremos nosotros dos, porque nadie más puede saberla por ahora. Porque si grandes son las historias de la guerra ninguna es comparable a mi amor por ti; y tú, Almanssa, fuiste testigo de ello, no te cabe mayor honor. Te quiero mi niña.