El palacio fue construido para Alfonso de Pina, miembro influyente de la nobleza almanseña. Desde el siglo XV la familia de Ximén de Pina se encontraba en Almansa, provenientes de los caballeros aragoneses que acompañaron al rey Jaime I de Aragón en la conquista del Reino de Valencia.
En 1793 su propietario era Miguel de Catalá y Calatayud, Conde de Cirat.
Después fue propiedad de los Marqueses de Montortal, hasta que en 1992 fue comprado por el Ayuntamiento de la ciudad.
En 1996, y tras su restauración, se convirtió en la sede del Ayuntamiento.
En sus jardines podemos visitar el Museo Abierto de Escultura Contemporánea, con obras del escultor almanseño de renombre internacional José Luis Sánchez, convertido en un bello museo natural, donde las obras se integran perfectamente, ofreciendo al visitante un diálogo abierto con la naturaleza que las rodea, respondiendo así al deseo del artista que siempre ha luchado por acercar el arte, por sacarlo de los museos y ponerlo en contacto con la gente.
Es un edificio del siglo XVI. De especial interés es su fachada con un acusado carácter manierista en todos sus detalles. Ofrece dos cuerpos con columnas fajadas y almohadilladas en alternancia que parecen sacadas de tratados de arquitectura italianos, en especial de Sebastiano Serlio. Pérez Sánchez relaciona la decoración de esta fachada con la obra del jienense Francisco del Castillo.
El patio interior es enormemente armónico, de planta cuadrada y tres arcos por frente sostenidos por columnas jónicas en los dos cuerpos que ofrece.
En la parte trasera del palacio se colocó en el siglo XX la portada del antiguo asilo de la ciudad, del siglo XVIII, saliendo hacia sus jardines.
En 1793 su propietario era Miguel de Catalá y Calatayud, Conde de Cirat.
Después fue propiedad de los Marqueses de Montortal, hasta que en 1992 fue comprado por el Ayuntamiento de la ciudad.
En 1996, y tras su restauración, se convirtió en la sede del Ayuntamiento.
En sus jardines podemos visitar el Museo Abierto de Escultura Contemporánea, con obras del escultor almanseño de renombre internacional José Luis Sánchez, convertido en un bello museo natural, donde las obras se integran perfectamente, ofreciendo al visitante un diálogo abierto con la naturaleza que las rodea, respondiendo así al deseo del artista que siempre ha luchado por acercar el arte, por sacarlo de los museos y ponerlo en contacto con la gente.
Es un edificio del siglo XVI. De especial interés es su fachada con un acusado carácter manierista en todos sus detalles. Ofrece dos cuerpos con columnas fajadas y almohadilladas en alternancia que parecen sacadas de tratados de arquitectura italianos, en especial de Sebastiano Serlio. Pérez Sánchez relaciona la decoración de esta fachada con la obra del jienense Francisco del Castillo.
El patio interior es enormemente armónico, de planta cuadrada y tres arcos por frente sostenidos por columnas jónicas en los dos cuerpos que ofrece.
En la parte trasera del palacio se colocó en el siglo XX la portada del antiguo asilo de la ciudad, del siglo XVIII, saliendo hacia sus jardines.