Desde
Alicante con amor. Días, horas, segundos... Eso es lo que falta para que el
amigo de un paisano vuestro, disfrute de los silencios más silenciosos y los tambores más ruidosos. Volveré a sentir entre mis manos los palillos que hipnotizan mi mente para intentar que una piel suene, como el más bello de los sonidos. Sé que es imposible, pero aún así, lo intentaré con todas mis fuerzas, con mis manos ensangrentadas por las heridas del esfuerzo, con mi labios resecos, y sobre todo, mis oidos envueltos
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