TRAS LA LUZ DE "EL PARDAL"
El pasado 31 de octubre era el día elegido para la reunión. Según las estadísticas, la noche de difuntos era propicia para poder "dar caza" a las misteriosas luces. Así que, con toda la ilusión del mundo, nos dimos cita un buen número de personas interesadas en estos temas, ávidas de misterio, pero sobre todo con ganas de pasar una buena noche de convivencia entre amigos, como así fue. Lo importante de una noche como esa era intercambiar informaciones, hacer nuevas amistades y conocer un poco más el misterio que se pasea por la zona.
Desde hace muchos años, unas formaciones luminosas vuelan a sus anchas por las tierras manchegas. Numerosos habitantes de San Pedro y sus alrededores vienen siendo testigos de estas luces que llegaron incluso a provocar el miedo a salir de noche en algunos habitantes de la zona.
La primera persona que contempló aquella luz imposible fue Cristino Cuerda Felipe, un pastor que recorría diariamente la finca de "La Quéjola". Una noche el rebaño se mostraba extrañamente inquieto. De repente, las ovejas, presas del pánico, salieron huyendo cuando a pocos metros de donde se encontraban surgió una gran bola de fuego que se desplazaba rápidamente hacia una arboleda cercana. Ese fue el primer encuentro con una de estas misteriosas luces, pero después vinieron muchos más, de los que fueron testigos numerosos habitantes de la zona. El propio Cristino llegó incluso a acostumbrarse a estas luces e intentó acercarse, pero las luces lo dejaron paralizado hasta que desaparecieron.
Isabel Flores y Joaquín Sánchez han estado varios años a cargo de la seguridad de "La Quéjola". Una madrugada iban por la carretera cuando vieron lo que creyeron que era una moto, pues iba a un metro del suelo y parecía como la luz de una linterna portada por alguien. Lo que aterrorizó a Isabel fue que cuando ella paraba sus pasos, la luz se detenía, como si actuase inteligentemente.
Numerosos vecinos han comprobado en sus propias carnes cómo a altas horas de la noche estas luces les acompañaban flotando a un metro escaso del suelo y a poco más de un metro y medio de distancia para después desaparecer entre los almendros.
Los casos son numerosísimos. Os remito al extenso reportaje publicado por Lorenzo Fernández y Francisco Contreras en la revista "Enigmas" Año III noº1.
El pasado 31 de octubre, tras conducir por los bellísimos paisajes otoñales manchegos, llegué junto a mi hermana a San Pedro, localidad donde iba a tener lugar la mesa redonda y la posterior convivencia entre una nutrida representación de la revista "Enigmas", algunos grupos de investigación, curiosos y seguidores de estos temas llegados de toda España.
Comenzaron Lorenzo Fernández y Francisco Contreras haciendo un recorrido por la historia de "El Pardal", relatando los numerosos casos que han sucedido apoyados con la proyección de diapositivas. Pero lo de las luces de "El Pardal" ocurre en otras partes del mundo. Iker Jiménez comentó algunas diapositivas obtenidas en Zaragoza, La Rioja o Trujillo, donde se podían observar algunas formaciones luminosas.
Tras ellos intervino Pablo Villarrubia, que apoyado nuevamente por interesantísimas diapositivas, comentó algunos casos ocurridos en Brasil muy similares a los que ocurren aquí y en otras partes del planeta, como nos acababan de relatar sus compañeros.
Hasta San Pedro también se había desplazado el "equipo volante" de la revista "Enigmas". Allí se encargaron de informarnos de cómo iban a intentar capturar a las luces ayudados por la técnica moderna.
También intervino José Antonio Iniesta, el cual nos relató algunas experiencias interesantes que habían ocurrido en la zona de Hellín, donde al parecer tienen lugar numerosos avistamientos ovni.
Durante la mesa redonda también se hicieron preguntas a los reporteros y se intercambiaron experiencias, dudas y sugerencias, alguna de ellas un tanto subida de tono y personalmente creo que fuera de lugar, por parte de una enfervorecida detractora de uno de los mejores investigadores ovni (acaso el mejor) que tenemos en España, como es J.J.Benítez.
Tras la mesa redonda nos fuimos a cenar a un restaurante de la localidad, donde cargamos las pilas para afrontar una de las noches más gélidas que he pasado en mi vida.
Después de reponer fuerzas recorrimos en coche el tramo que nos separaba de la finca de La Quéjola y por fin llegamos a El Pardal.
Una vez allí, el equipo volante de la revista "Enigmas" desplegó su arsenal técnico para intentar captar el misterio. Metros y metros de cables, varios ordenadores, cámaras...
Paralelamente se fueron formando grupos en los que se intentaba combatir el frío contando experiencias personales, lanzando teorías interesantes sobre diversos temas, hablando de libros, noticias... Todo ello sin apartar los ojos del cielo estrellado, de los oscuros alrededores, esperando que aquella noche nos visitasen las misteriosas luces para poder verlas y captarlas con nuestras cámaras. Un hecho curioso es que a pesar de ser muy numerosos los testigos de estas extrañas luces, aún no se han conseguido grabar en vídeo.
Fue aquella noche cuando pude comprobar mi absoluta ignorancia sobre muchos de los temas que allí se trataron. Se citaban libros que tengo que reconocer que me sonaban a chino, cuyos autores me eran totalmente desconocidos.
Me queda tanto por descubrir, por estudiar... Espero que os animéis todos a escribir artículos para la página y así entre todos ir descubriendo los tantos y tantos misterios que nos rodean.
¿Las luces? Pues que yo sepa, esa noche no quisieron aparecer por allí. Pero os aseguro que fue una de esas noches mágicas que no se olvidan nunca.
Por cierto, las fotos que ilustran este artículo corresponden al desarrollo de la mesa redonda en San Pedro. Todas menos la última, tomada esa noche en El Pardal. No quisiera aventurarme demasiado, pero pienso que, al menos, es bastante curiosa ¿no creéis? No se trata de la correa de la cámara, pues la cámara que llevamos esa noche no tiene correa. Tampoco se trata de ningún defecto del objetivo. Hicimos varias fotos más aquella noche y todas han salido "normales". Entre el objetivo de la cámara y yo no había absolutamente nada. O eso es lo que suponíamos. ¿A qué pueden deberse esas estelas de luz.
El pasado 31 de octubre era el día elegido para la reunión. Según las estadísticas, la noche de difuntos era propicia para poder "dar caza" a las misteriosas luces. Así que, con toda la ilusión del mundo, nos dimos cita un buen número de personas interesadas en estos temas, ávidas de misterio, pero sobre todo con ganas de pasar una buena noche de convivencia entre amigos, como así fue. Lo importante de una noche como esa era intercambiar informaciones, hacer nuevas amistades y conocer un poco más el misterio que se pasea por la zona.
Desde hace muchos años, unas formaciones luminosas vuelan a sus anchas por las tierras manchegas. Numerosos habitantes de San Pedro y sus alrededores vienen siendo testigos de estas luces que llegaron incluso a provocar el miedo a salir de noche en algunos habitantes de la zona.
La primera persona que contempló aquella luz imposible fue Cristino Cuerda Felipe, un pastor que recorría diariamente la finca de "La Quéjola". Una noche el rebaño se mostraba extrañamente inquieto. De repente, las ovejas, presas del pánico, salieron huyendo cuando a pocos metros de donde se encontraban surgió una gran bola de fuego que se desplazaba rápidamente hacia una arboleda cercana. Ese fue el primer encuentro con una de estas misteriosas luces, pero después vinieron muchos más, de los que fueron testigos numerosos habitantes de la zona. El propio Cristino llegó incluso a acostumbrarse a estas luces e intentó acercarse, pero las luces lo dejaron paralizado hasta que desaparecieron.
Isabel Flores y Joaquín Sánchez han estado varios años a cargo de la seguridad de "La Quéjola". Una madrugada iban por la carretera cuando vieron lo que creyeron que era una moto, pues iba a un metro del suelo y parecía como la luz de una linterna portada por alguien. Lo que aterrorizó a Isabel fue que cuando ella paraba sus pasos, la luz se detenía, como si actuase inteligentemente.
Numerosos vecinos han comprobado en sus propias carnes cómo a altas horas de la noche estas luces les acompañaban flotando a un metro escaso del suelo y a poco más de un metro y medio de distancia para después desaparecer entre los almendros.
Los casos son numerosísimos. Os remito al extenso reportaje publicado por Lorenzo Fernández y Francisco Contreras en la revista "Enigmas" Año III noº1.
El pasado 31 de octubre, tras conducir por los bellísimos paisajes otoñales manchegos, llegué junto a mi hermana a San Pedro, localidad donde iba a tener lugar la mesa redonda y la posterior convivencia entre una nutrida representación de la revista "Enigmas", algunos grupos de investigación, curiosos y seguidores de estos temas llegados de toda España.
Comenzaron Lorenzo Fernández y Francisco Contreras haciendo un recorrido por la historia de "El Pardal", relatando los numerosos casos que han sucedido apoyados con la proyección de diapositivas. Pero lo de las luces de "El Pardal" ocurre en otras partes del mundo. Iker Jiménez comentó algunas diapositivas obtenidas en Zaragoza, La Rioja o Trujillo, donde se podían observar algunas formaciones luminosas.
Tras ellos intervino Pablo Villarrubia, que apoyado nuevamente por interesantísimas diapositivas, comentó algunos casos ocurridos en Brasil muy similares a los que ocurren aquí y en otras partes del planeta, como nos acababan de relatar sus compañeros.
Hasta San Pedro también se había desplazado el "equipo volante" de la revista "Enigmas". Allí se encargaron de informarnos de cómo iban a intentar capturar a las luces ayudados por la técnica moderna.
También intervino José Antonio Iniesta, el cual nos relató algunas experiencias interesantes que habían ocurrido en la zona de Hellín, donde al parecer tienen lugar numerosos avistamientos ovni.
Durante la mesa redonda también se hicieron preguntas a los reporteros y se intercambiaron experiencias, dudas y sugerencias, alguna de ellas un tanto subida de tono y personalmente creo que fuera de lugar, por parte de una enfervorecida detractora de uno de los mejores investigadores ovni (acaso el mejor) que tenemos en España, como es J.J.Benítez.
Tras la mesa redonda nos fuimos a cenar a un restaurante de la localidad, donde cargamos las pilas para afrontar una de las noches más gélidas que he pasado en mi vida.
Después de reponer fuerzas recorrimos en coche el tramo que nos separaba de la finca de La Quéjola y por fin llegamos a El Pardal.
Una vez allí, el equipo volante de la revista "Enigmas" desplegó su arsenal técnico para intentar captar el misterio. Metros y metros de cables, varios ordenadores, cámaras...
Paralelamente se fueron formando grupos en los que se intentaba combatir el frío contando experiencias personales, lanzando teorías interesantes sobre diversos temas, hablando de libros, noticias... Todo ello sin apartar los ojos del cielo estrellado, de los oscuros alrededores, esperando que aquella noche nos visitasen las misteriosas luces para poder verlas y captarlas con nuestras cámaras. Un hecho curioso es que a pesar de ser muy numerosos los testigos de estas extrañas luces, aún no se han conseguido grabar en vídeo.
Fue aquella noche cuando pude comprobar mi absoluta ignorancia sobre muchos de los temas que allí se trataron. Se citaban libros que tengo que reconocer que me sonaban a chino, cuyos autores me eran totalmente desconocidos.
Me queda tanto por descubrir, por estudiar... Espero que os animéis todos a escribir artículos para la página y así entre todos ir descubriendo los tantos y tantos misterios que nos rodean.
¿Las luces? Pues que yo sepa, esa noche no quisieron aparecer por allí. Pero os aseguro que fue una de esas noches mágicas que no se olvidan nunca.
Por cierto, las fotos que ilustran este artículo corresponden al desarrollo de la mesa redonda en San Pedro. Todas menos la última, tomada esa noche en El Pardal. No quisiera aventurarme demasiado, pero pienso que, al menos, es bastante curiosa ¿no creéis? No se trata de la correa de la cámara, pues la cámara que llevamos esa noche no tiene correa. Tampoco se trata de ningún defecto del objetivo. Hicimos varias fotos más aquella noche y todas han salido "normales". Entre el objetivo de la cámara y yo no había absolutamente nada. O eso es lo que suponíamos. ¿A qué pueden deberse esas estelas de luz.