Enfrente del propio
Pozo, mirando al Norte, y con vistas a la
Casa Peñarcón, hay una pequeña
montaña, descubierta de vegetación arbórea, pero con significativas plantas de morquera.
En la imagen podemos observar las cuatro calzadas hechas por la mano del hombre hace ya muchos años, y que sirven para amortiguar las corrientes de
agua que se puedan producir por las
lluvias ocasionadas por una
tormenta.