En el paraje Raya de Casas de Ves, en el mismo cortafuegos, encontramos esta singular roca o piedra, erosionada por el transcurso del tiempo. Parece un balcón abierto a la Naturaleza. Sentado en ella (sobre millones de años que la han configurado tal y como la vemos), contemplamos el paisaje de pinos, atravesado por una serpenteante carretera nacional. El lugar, a pesar del sonido de los motores de los vehículos, invita a la reflexión, y a la relajación.