Anoche soñé que llegaba a Ayora en un viejo Mercedes. Encontré que era un pueblo encantador en el que me gustaría vivir. Tenía mar en el sueño. Como suele ocurrir en los sueños, había cosas raras, como ropa puesta a secar extendida en el suelo, sobre la cual había que saltar para transitar por la calle. Otra calle (sin salida) estaba llena de obstáculos. No obstante, la gente me pareció encantadora y, en definitiva, un buen pueblo en el que vivir. Nunca he estado en Ayora, aunque soy de Mahora (Albacete) ... (ver texto completo)