De callar no te arrepentirás nunca: de hablar, muchas veces.
Si fueras más discreto no te lamentarías interiormente del mal sabor de boca que te hace sufrir después de muchas de tus conversacionea.
Si fueras más discreto no te lamentarías interiormente del mal sabor de boca que te hace sufrir después de muchas de tus conversacionea.