EL CUBILLO: CURIOSIDADES DE LOS MATRIMONIOS....

CURIOSIDADES DE LOS MATRIMONIOS.

Y para año de bodas, ninguno como el 1901, cuando se comprometieron sacramentalmente 12 parejas. Y no es por que tuvieran ese capricho más bien fué por conveniencia del cura, quién de un plumazo, casó en un día a todos los novios que había en Los Chospes.
Históricamente, los días que hoy consideramos fines de semana, es decir sábados y domingos han sido los más propicios para el matrimonio, sin embargo desde 1740 hasta 1800 el día más solicitado, vaya usted a saber porqué, era el lunes.
Tradicionalmente los contrayentes si eran menores de cierta edad -en la mayoría de los casos, 25 años- necesitaban el visto bueno de sus respectivos padres para la boda. Sin embargo cuando en 1794 se casó María Garví, el cura indica que por no querer el padre darle su consentimiento, lo dio el Señor Corregidor (de Alcaraz)"
Ahora se comenta que se necesita mucho para casarse. Antes, desde luego se precisaba menos pero aún así había parejas que no contaban con lo suficiente como el caso de Ventura Ruiz y Francisca Sánchez, de quien dice el cura que los unió en 1865 deja registrado que "no se casaron antes por ser pobres", justificando así su cohabitación marital anterior.
En los siglos pasados la ceremonia del matrimonio religioso solía comprender dos partes bien diferenciadas: la más importante y primera era el casamiento propiamente dicho -el sí quiero, las arras, etc- a la que seguía la llamada velación. Consistía en cubrir el cura con un velo -de ahí su nombre- a los contrayentes en el resto de la misa de la boda. Auque no siempre se podía hacer. La iglesia lo prohibía durante el tiempo de Adviento y desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Resurrección.
Las parejas que se casaban en ese tiempo celebraban sus velaciones con posterioridad, incluso se dio el caso de Francisco Javier Ortega y Leocadia Collados que aunque se casaron en una parroquia forastera decidieron celebrar sus velaciones en la de aquí.
José Sánchez, natural de peñas de San Pedro y María Morcillo de Bogarra que vivían en las Cuevas se casaron "en artículo mortis". El cura que los desposó en la cama donde yacía la novia, enferma de tifus, certificó su muerte al día siguiente. Esto ocurría en octubre de 1864.
Entre los casamientos "normales" el más breve bien pudo ser el que contrajeron Antonio Gil y Ramona Guillén. Se celebró el 4 de junio de 1 874 y una semana después murió ella, al parecer debido a una inflamación de matriz.
El primer matrimonio asentado en el Registro Civil de Robledo es el celebrado el 11 de diciembre de 1870 entre Lorenzo Natalio López Valenciano, vecino del Vínculo y de profesión yegüero, con Fermina Márquez Cabezuelo de Solanilla. El Juez municipal que lo validó fue Manuel Garví.
Rufina Rosa Zapata se casó a los 22 años. Vivió en este estado durante 33 años y como había nacido en el año 44, y murió en el 99 resulta evidente que anduvo en este mundo durante 55 años. ¡Ah se me olvidó decir que se casó en el año 66!.
Todos estos datos son del siglo XIX.
Sabido es que en todo momento las mujeres acudían a este sacramento más jóvenes que los hombres. De todas ellas, si hacemos caso a lo registrado por el sacerdote la de menos edad fue María Mercedes Henares que celebró su primer matrimonio, acaecido en 1820, con sólo.... ¡11 años!.
Antes, las ceremonias nupciales en las que al menos uno de los contrayentes era de estado civil viudo eran bastante frecuentes. Sin embargo también hubo ciertas tendencias. Así hasta la llegada del siglo XIX predominaron aquellos en que ambos cónyuges eran viudos. Después de esa fecha se llevan la palma los que tienen como protagonistas a viudos con solteras, en una cantidad doble mayor a la de viudas con solteros. Creo, que esta tendencia aún existe.
El matrimonio estaba considerado como el estado idóneo para las personas seglares, sobre todo porque continuaba y aumentaba las generaciones, lo que resultaba esencial para el interesado, para el Estado y también para la Cristiandad. Por ello eran muy pocos los que permanecían solteros o viudos.
Ejemplos de estos últimos tenemos a centenares en los matrimonios celebrados en la parroquia. De todos ellos entresacaremos las personas que se casaron tres o mas veces.
Nos encontramos a los siguientes:
• Francisco Cano (1733- ¿), • Juan Díaz (¿-1852). Entre la 2ª y la 3ª sólo trascurrieron 9 meses, de los cuales 6 permaneció viudo. • Diego García Garrido (1852-1914) • Miguel Gómez (1763-1825) • Pedro Gómez (1767-1815), que era hermano del anterior. • Julián Guillén Sánchez (1834-1905), fruto de los cuales fueron 15 hijos, 6 de ellos nacidos a pares. • Marcos López (¿-1730). • Braulio López Romero (1902-) • Gregorio Moratalla (1705-1772) • Juan Moratalla (¿-l771) • Antonio Muñoz (1777-1854), forastero. • Manuel Gregorio Ortega (1782-1834) • Pedro Palomares, de Alcaraz (1836-1924) • Juan Mata Redondo, de Santa Cruz de Mudela (18 l6-?) • Francisco de la Rosa (¿-1774) • Ferrer de la Rosa Henares (1 840-1907) quién aunque nacido en La Herrera vivió en Los Chospes. • Cayetano Sahuquillo. • Diego Vandelvira, que murió en 1687, y por último • Sebastián Rubio Vecina (1855-1925), morador también en Los Chospes.
Bartolomé González, que era natural del Ballestero, se casó con tres mujeres de aquí en los años 1727, 1731 y 1749. Todo ello con posterioridad a enviudar de su primera mujer, Lorenza García, que por el nombre tenía toda la pinta de ser paisana suya.
Otro que lo igualó fue Antonio Moreno Peral (¿-1824), que vivía en el Horcajo pero que era parroquiano de la iglesia de la Purísima Concepción.
El número uno de esta clasificación es, a todas luces, Antonio López Rosillo, quién cuando llega por aquí procedente de su Munera natal, ya había tenido la desgracia de enviudar 3 veces, lo que no le quita para seguir intentándolo con las robledeñas una y otra veces hasta sumar 7 matrimonios Además, sus cuatro esposas de Robledo coincidieron en ser viudas. Fueron Blasa María García, Catalina Simarro Prieto, Catalina Sánchez y María García.
El último fue el que más duró, 21 años. Por el contrario el quinto fue de los más efímeros que nunca se hayan visto en el lugar. Se casaron el 14 de junio de 1770 y el 29 del mismo mes falleció Catalina.
De los matrimonios que contrajo aquí sólo queda noticia del nacimiento de un hijo, concretamente de su sexta mujer.
En lo que a las mujeres toca, la lista es sensiblemente mas reducida, en buena medida debido al distinto rasero con que se medían las bodas de los viudos. Si se casaba un hombre viudo se veía como algo necesario; si lo hacía una mujer era criticada en mayor o menor medida, aunque fuera totalmente lícito.
Entre las que contrajeron al menos tres veces nupcias tenemos a • Matea Delgado (l725-?) se casó tres veces en 6 años. • María Díaz García, (¿-l836) hizo lo mismo, pero en 9. • María García, sexta esposa del ya mencionado record de los varones, Antonio López Rosillo, alias Antonio Policarpo. • Agustina Garví, que murió en 1734. • María Garví (1722-1758), que se crió en Casalazna. • María Ramona Griñan (1815-1870), forastera, natural de Villanueva de la Fuente. • María Engracia Nieto Ramírez (1837-1920). En sus tres actas de matrimonio el cura le puso como fecha de nacimiento tres años distintos. • Celedonia Sahuquillo Cuevas, de Alcaraz. • Catalina Simarro Prieto, de Barrax, fue la quinta mujer de ya citado López Rosillo. • María de la O Antonia Torres (l809-?), de la que conocemos que vivió en El Cubillo y que tuvo como poco 10 hijos.
Las más asiduas al matrimonio fueron, no obstante: Josefa González Guerrero, natural de la Herrera (1 841-1907), quien celebró su tercer y cuarto matrimonios aquí, curiosamente con dos hombres de Casas de Lázaro. Y por último y como caso más excepcional, nos encontramos a María Ruiz Montoya, quien se