Una de las bocas de entrada a la
mina de carbón, muy antigua mima de carbón -actualmente, como es obvio, clausurada y abandonada-. Situada cerca de la pequeña localidad
albaceteña, entre
montes de
pinos, junto a un reguero. Es un lugar de difícil acceso: desde el
camino principal que une el
Pueblo con la
Rambla de Campiñana, se toma lo que en su día -quizá ya más de 180 años-, fue el pasaje a la mina. Ahora está prácticamente intransitable. El camino se convierte en senda, y después ésta desaparece y tan sólo un débil rastro en el frondoso matorral, te guía hasta el objetivo final. Merece la pena, pero no lo recomendaría a inexpertos senderistas.