Cuco (La Mancha)
Los cucos, también llamados chozos, bombos y cubillos, son una construcción típica de La Mancha
albaceteña, hecha con
piedra y de forma semiesférica. Su función originaria era la de servir como
refugio de pastores. Hoy en día todavía pueden verse en la llanura manchega de la provincia de Albacete, así como en la comarca de Hellín. También están presentes en la zona de Jumilla (Región de
Murcia).
El origen de estas modestas construcciones es para aprovechar o dar algún uso a las
piedras que se suelen quitar de los
campos agrícolas para mejorar su riego y fertilidad.
Chozo
Chozo (o pequeña choza) es un refugio de ramaje o piedra que se construía tanto a la intemperie en zonas montañosas como en los sotos, baldíos o dehesas de los campos, y que era utilizado por pastores y agricultores para pernoctar junto al rebaño o protegerse de las inclemencias del tiempo, durante las labores campesinas.
El chozo de pastor típico es de planta circular y con cubierta cónica para impedir que el
agua de la
lluvia penetre en el interior. La cubierta puede estar hecha con diferentes tipos de plantas denominadas escoba, que son impermeables y fáciles de sujetar. En
España, fue un recurso tradicional de los cabreros y pastores trashumantes. En amplias zonas de las provincias de
Cáceres,
Soria,
Navarra,
Álava,
La Rioja y
Pontevedra hay un tipo de chozo o choza construido íntegramente de piedra en las tierras de labor o pastoreo alejadas del
pueblo y que servía para almacenar las herramientas y guarecerse del mal tiempo, y como almacén provisional de los productos cosechados (patatas,
castañas, centeno, maíz, etc).
Un tipo singular de chozo, común en casi todo el mundo, es el utilizado por los pastores para dormir junto a apriscos o rediles improvisados en el terreno, cambiando cada
noche de lugar para dormir; en concreto en parte de España se trataba de un cajón de madera fácil de transportar.
Patrimonio
• Construcciones típicas de piedra seca: cucos. Restaurados y reconstruidos por Santiago Núñez Delicado.
• Necrópolis ibérica de Los Villares. Fue declarada Bien de Interés Cultural el 28 de abril de 1992 con el identificador del bien otorgado por el Ministerio de Cultura de España: RI-55-0000363.
•
Iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Remedios. Fue construida en los años de reinado de Felipe III entre los años 1590 y 1621. Es una construcción renacentista. Consta de una planta basilical y
arcos de medio punto. La cubierta de la nave central es de
bóvedas vaídas y las laterales de bóvedas apaineladas. Tiene crucero con
cúpula y la
capilla mayor es de
bóveda de cañón. La
fachada fue restaurada a finales del siglo XX por el restaurador e historiador local Santiago Núñez Delicado. El
retablo del
altar mayor es barroco de primeros del siglo XVII, siguiendo la tipología castellana del momento. La imagen de Nuestra Señora de los Remedios, en talla del siglo XVIII, neoclásica, de la
escuela castellana. Sobre ésta, en el ático, un
Calvario, cuyo
Cristo es del siglo XVI y las tallas de la
Virgen y
San Juan del siglo XVIII. Consta también de una
escultura de San Pedro Mártir de Verona del año 1729. La
torre, mucho más moderna, data del año 1929, gracias al empeño de un sacerdote de origen murciano, don Antonio Murandi, quien se dedicó a recoger fondos para la ejecución del proyecto.
•
Museo etnológico
Camino de la
Cruz. Este museo está dirigido y coordinado por Santiago Núñez Delicado. Ofrece un conjunto de objetos de la vida doméstica, cotidiana y también posee instrumentos de
labranza e incluso cuenta con piezas desde el siglo VII hasta principios del siglo XX.
•
Molino de viento. Construcción típicamente manchega que data de tiempos del infante don Juan Manuel, El Señor de la Llanura, marqués de Villena, allá por los años 1320-1340, restaurado en el año 1995 por el restaurador Santiago Núñez Delicado. Cuenta con un
parque y zona recreativa en su entorno.
• Necrópolis ibérica Camino de la Cruz.