
Los Danzantes
Las
danzas de
Lezuza, de origen antiquísimo, forman una parte fundamental de la identidad y los referentes culturales propios de los lezuceños y las lezuceñas. Todos los años el dos de mayo, la actuación de los danzantes con la
música del "tío la pita" (el dulzainero) es el núcleo de las
fiestas en honor a la
Virgen de la
Cruz.
Doce danzantes ejecutan tres danzas rituales, dos paloteos y una
danza de cintas de “vestir el palo”.
La vestimenta consiste en blusa, enaguas, pantalón cogido por debajo de la rodilla, medias y zapatillas atadas a la pierna; en la cabeza pañuelo blanco que deja el cogote al aire, en forma de bandolera, dos cintas anchas de
color rojo y azul. La música que acompaña al
baile, una dulzaina y un tamboril; y unas veces los danzantes hacen sonar unos palos para acompasar el baile y otra, se cogen a una cinta para entrecruzándose vestir o desnudar un palo clavado en tierra.
El origen de las danzas de Lezuza está ya documentado hacia el siglo XVI y aunque con importantes renovaciones acaecidas a lo largo de los años la danza y la música tradicional no son ni mucho menos inmutables, su espíritu de danza guerrera, se mantiene recordando el origen precristiano de este tipo de danzas