La mayoría recuerda aquel sábado 18 de julio de 1936 como un día de mucho calor. Un calor espantoso. Pasados muchos años, abuelas de Córdoba contaban a sus nietos para un trabajo del instituto que “la gente sabía que iba a empezar la guerra porque unos días antes corrían estrellas por el cielo”. La memoria de aquel fin de semana es imprecisa y hay una razón que lo explica: el inicio de la guerra, o el golpe, no acaeció para todos el mismo día,...