ñaco, fue la palabra que menos me gustaba de aquel
pueblo, el pueblo de mi madre y el de mi hermano, sin embargo el otro día di un rodeo de muchos kilómetros para escuchar de nuevo la palabrilla, pero apenas la dijeron poco mas de dos personas y de avanzada edad. No solo fuí por escuchar, también fuí, por ver, por vivir, por sentir, por mirar, por oler, por volver, por un sinfin de historias que he contado que viví aquí, joder! este pueblo ha sido mio y mio lo siento. No nací aquí, pero me siento
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