El pequeño
Riopar Viejo fue cayendo en el olvido, hasta su completo abandono y despertó de su letargo muchos años más tarde gracias a la restauración de muchas de sus
casas para uso turístico. Caminando por el
pueblo verás que casi todas las construcciones son
casas rurales y de alquiler turístico, pero han sabido conservar el espíritu
medieval y el encanto tradicional de sus
calles de
piedra. También se conserva la
Iglesia del Espíritu
Santo, del S. XV y los restos del antiguo
castillo árabe que coronaba el pueblo. Lo que queda de sus
torreones y parte de su
muralla defensiva acogen hoy en día un
cementerio al aire libre, con lápidas dispersas aquí y allá, fechadas en épocas muy distintas, había inscripciones desde finales del S. XIX hasta casi la actualidad.