Cuenta la
tradición que las salinas fueron descubiertas en tiempo de los
romanos por una
cabra (es sabido que a estos animales les gusta chupar
piedras de sal). Es un lugar muy bonito y es una pena que se esté derrotando. La
casa señorial es imponente: con pinturas al fresco. El
tejado se ha caído y y la
lluvia entra en las estancias. Es una pena que las autoridades competentes no hagan nada. Debía declararse protegido por el estado, aunque sea un inmueble privado.