Hoy puedo sentir desde aquí el dolor que corre por las calles de la vegallera.
Casi puedo oir los gritos de esa madre que va a enterrar a su hijo, muerto en la flor de la vida.
Puedo ver a todo un pueblo volcado con el dolor de una familia.
Pero lo que no puedo ni siquiera imaginar es como alguien va a explicarle a esa niña que ya nunca, nunca más, va a volver a abrazar a su padre.
Hoy mi corazón también está con ellos.
Casi puedo oir los gritos de esa madre que va a enterrar a su hijo, muerto en la flor de la vida.
Puedo ver a todo un pueblo volcado con el dolor de una familia.
Pero lo que no puedo ni siquiera imaginar es como alguien va a explicarle a esa niña que ya nunca, nunca más, va a volver a abrazar a su padre.
Hoy mi corazón también está con ellos.