Exterior de la
Cueva con vista de la pequeña
rambla -de unos 100 metros de longitud-. Las
aguas, procedentes de
lluvia filtrada de los
montes cercanos, dan frescura a la zona.
De las paredes caen gotas de
agua constantemente. El conjunto es de una gran belleza natural. Los manchegos no dejamos de sorprendernos de estos lugares tan peculiares y especiales que configuran, junto con la gran llanura manchega, el
paisaje de nuestra tierra.