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ALAMILLO: Güenos y fríos días, alamilleros de dentro y de fuera....

Güenos y fríos días, alamilleros de dentro y de fuera. Yo, hoy, no he salío al campo con las borregas, total, pa lo que tienen que roel; las he dejao en la majá, pa que estén calentitas y se harten de paja.

Decía Beethoven, el famoso músico alemán, lo más seguro inspirao en un proverbio de la India, que “no rompas el silencio, si no es para mejorarlo”. Y, la verdá, dispués de estos dos días de silencio sepulcral en el foro, a uno le da un poco recelo escribil algo; pero yo estoy seguro que si lo que se dice son cosas güenas y con güena intención, sin injurial a nadien y sin faltal a la verdá, pos no creo que sea rompel el güen silencio.

Porque sobre el silencio de las personas se pueden decir cosas güenas y malas. Así, el filósofo romano Catón – ese que tenía siempre el ceño fruncío, como si estuviera enfadao - dijo que “la primera virtud humana es saber frenar la lengua, pero es tan difícil que se convierte casi en un dios quien, aun teniendo razón, sabe callarse”. ¡Y qué razón tenía este sabio!

Sin embargo, eso de callarse no es siempre güeno. De tal manera que, frente a la injusticia, tiene su respuesta en la frase del valiente líder negro norteamericano Martin Luther King, el cual dijo que “nuestras vidas comienzan su final, el día que callamos las cosas que importan”. Pos sí, añado yo, porque, a mi juicio, pueden llegal a igualarse los cobardes con los malévolos.

Entonces, cabe preguntanos: ¿callal o hablal? Y llegaos a este punto, se me hila aquí en el celebro el aforismo de nuestro gran poeta Don Antonio Machado – que he de decil es mi mejol maestro -, y que afirma que “es el mejor de los buenos quien sabe que en esta vida todo es cuestión de medida: un poco más, algo menos”.

Güeno, que salú y güen día.