“Todos estamos llenos de debilidades y errores; perdonémonos recíprocamente: es ésta la primera ley de la Naturaleza”.
Voltaire (1694-1778) Filósofo y escritor francés.
“Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas”.
John Fitzgerald Kennedy (1917-1963) Político estadounidense.
“Tolerancia es esa sensación molesta de que al final el otro pudiera tener razón”.
Anónimo
De momento, ya hemos oído; y ya estamos hastiados de oír y ver. Y nuestros hijos, y nosotros mismos, deseamos otra cosa: humildad. Sí, humildad para entender que tener la razón es algo imposible y que siempre vemos lo que ocurre desde nuestra parcial perspectiva, por lo que es de justicia y de inteligencia tener en cuenta el punto de vista de los demás como si fuera el nuestro propio. Algunos estamos ya cansados de tanta ideologización que lo único que hace es camuflar egoísmos materiales y soberbias intelectuales en tristes mentes opacas, mentes que son las dueñas y señoras de estas personas que se creen libres por poseedoras de la razón y la verdad. La única verdad es la “vida misma” y el “amor incondicional”.
Yo también, muchas veces, caigo prisionero de mi mente ideologizada. Sí, esas ideas que hemos mamado desde bien pequeños y que excluyen y sienten como adversarios a los que no están bajo su mismo yugo, porque eso son las “ideologías”: un yugo. Pero cuando esto ocurre, procuro parar mi mente compulsiva y mirar a los ojos a la persona con la que discuto y no estoy de acuerdo, entonces ocurre que me veo a mi mismo, que ésta es mi espejo, y me derrumbo y avergüenzo. En el caso del pueblo he discutido por cuestiones políticas con personas con las que me he criado, y después de la fuerte discusión me he acordado de cuando las miraba con ojos puros, de niño, y sólo veía en ellas a un amigo, un tesoro con el que me había tocado compartir vida. Mirémonos con ojos de niños, no veis que ellos son puros; sí discuten y se pelean por el balón o el juguete, pero siguen jugando juntos y no se guardan rencores. Si los adultos fuéramos como los niños, el mundo sería como antes de Adán y Eva.
Se nos llena la boca de Alamillo y, sin embargo, la convivencia en el pueblo es complicada, quizá más que en otros lugares donde, al haber más población, las diferencias se diluyen en el día a día. Nuestros representantes políticos tienen el deber moral de relacionarse positivamente entre ellos, no digo que sean amigos, que también es posible, pero sí que mantengan una relación cordial que permita trabajar positivamente por el pueblo. Pero ese deber lo tenemos todos.
Como habéis comprobado, me encanta buscar en Google citas y aforismos sobre “la vida misma” porque sé que el mundo ha estado y está lleno de personas sabias de las que procuro tomar ejemplo. Y para terminar, reproduzco, de nuevo, las frases célebres de la cabecera, a ver si hay suerte y en Alamillo y en el mundo comienza a extenderse la semilla de la humildad y la avenencia. No pretendo dar lecciones morales, Dios me libre, bastante tengo yo con aplicarme la receta; pero amigos recordad: nadie tiene la razón, la razón está en la tolerancia y la concordia.
Salud, paisanos.
“Todos estamos llenos de debilidades y errores; perdonémonos recíprocamente: es ésta la primera ley de la Naturaleza”.
Voltaire (1694-1778) Filósofo y escritor francés.
“Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas”.
John Fitzgerald Kennedy (1917-1963) Político estadounidense.
“Tolerancia es esa sensación molesta de que al final el otro pudiera tener razón”.
Anónimo
Voltaire (1694-1778) Filósofo y escritor francés.
“Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas”.
John Fitzgerald Kennedy (1917-1963) Político estadounidense.
“Tolerancia es esa sensación molesta de que al final el otro pudiera tener razón”.
Anónimo
De momento, ya hemos oído; y ya estamos hastiados de oír y ver. Y nuestros hijos, y nosotros mismos, deseamos otra cosa: humildad. Sí, humildad para entender que tener la razón es algo imposible y que siempre vemos lo que ocurre desde nuestra parcial perspectiva, por lo que es de justicia y de inteligencia tener en cuenta el punto de vista de los demás como si fuera el nuestro propio. Algunos estamos ya cansados de tanta ideologización que lo único que hace es camuflar egoísmos materiales y soberbias intelectuales en tristes mentes opacas, mentes que son las dueñas y señoras de estas personas que se creen libres por poseedoras de la razón y la verdad. La única verdad es la “vida misma” y el “amor incondicional”.
Yo también, muchas veces, caigo prisionero de mi mente ideologizada. Sí, esas ideas que hemos mamado desde bien pequeños y que excluyen y sienten como adversarios a los que no están bajo su mismo yugo, porque eso son las “ideologías”: un yugo. Pero cuando esto ocurre, procuro parar mi mente compulsiva y mirar a los ojos a la persona con la que discuto y no estoy de acuerdo, entonces ocurre que me veo a mi mismo, que ésta es mi espejo, y me derrumbo y avergüenzo. En el caso del pueblo he discutido por cuestiones políticas con personas con las que me he criado, y después de la fuerte discusión me he acordado de cuando las miraba con ojos puros, de niño, y sólo veía en ellas a un amigo, un tesoro con el que me había tocado compartir vida. Mirémonos con ojos de niños, no veis que ellos son puros; sí discuten y se pelean por el balón o el juguete, pero siguen jugando juntos y no se guardan rencores. Si los adultos fuéramos como los niños, el mundo sería como antes de Adán y Eva.
Se nos llena la boca de Alamillo y, sin embargo, la convivencia en el pueblo es complicada, quizá más que en otros lugares donde, al haber más población, las diferencias se diluyen en el día a día. Nuestros representantes políticos tienen el deber moral de relacionarse positivamente entre ellos, no digo que sean amigos, que también es posible, pero sí que mantengan una relación cordial que permita trabajar positivamente por el pueblo. Pero ese deber lo tenemos todos.
Como habéis comprobado, me encanta buscar en Google citas y aforismos sobre “la vida misma” porque sé que el mundo ha estado y está lleno de personas sabias de las que procuro tomar ejemplo. Y para terminar, reproduzco, de nuevo, las frases célebres de la cabecera, a ver si hay suerte y en Alamillo y en el mundo comienza a extenderse la semilla de la humildad y la avenencia. No pretendo dar lecciones morales, Dios me libre, bastante tengo yo con aplicarme la receta; pero amigos recordad: nadie tiene la razón, la razón está en la tolerancia y la concordia.
Salud, paisanos.
“Todos estamos llenos de debilidades y errores; perdonémonos recíprocamente: es ésta la primera ley de la Naturaleza”.
Voltaire (1694-1778) Filósofo y escritor francés.
“Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas”.
John Fitzgerald Kennedy (1917-1963) Político estadounidense.
“Tolerancia es esa sensación molesta de que al final el otro pudiera tener razón”.
Anónimo