ALAMILLO: Ay querido paisano Emigrao, que voy a acabar dándote...

Ay querido paisano Emigrao, que voy a acabar dándote la razón hasta "en las formas". Yo, pastor, con sangre arcadia en mis venas, que honro continuamente a Marco Aurelio, y mamo a "todos los Clásicos"; nosotros, los europeros, hijos del clacisismo... en fin no sigo, porque sólo tengo ganas de llorar. Por cierto, ¿conocerá el ministro de Educación, sociólogo de carrera, parece ser, el verdadero significado de "el Mito de la Caverna" de Platón? No creo, aunque él y sus tecnócratas realmente parecen salidos de una caverna.

Ahí va la noticia y su comentario por un profesor de cultura clásica. ¿Dónde llegaremos...?

El ministro Wert quiere cargarse la cultura clásica en las aulas

| ALEJANDRO PASTOR DEL CASTILLO (*)

Soy un profesor de Latín y de Griego y me gustaría informar y denunciar la situación en la que las lenguas y la cultura clásicas quedan en el anteproyecto de la nueva ley de educación (LOMCE) del ministro Wert. Hasta ahora, todos los departamentos de de Clásicas podíamos ofertar las siguiente materias:

En la ESO:
- Cultura Clásica, optativa en 3º y 4º de ESO.
- Latín, obligatorio para Letras en 4º de ESO.

En Bachillerato:
- Latín I y II: obligatorias de modalidad de Humanidades.
- Griego I y II: obligatorias de modalidad de Humanidades.

El anteproyecto de la LOMCE elimina la Cultura Clásica de la ESO; el Griego I y II desaparecen de la modalidad de Humanidades y aparece una asignatura de Griego (no dice que sea I y II, así que la entendemos como una asignatura de un sólo año) que pasa a ser optativa de Modalidad de oferta no obligatoria para los centros, lo que implicaría su casi desaparición. El Latín, a día de hoy, queda igual.

Antes del verano todo apuntaba a que el Latín sería materia obligatoria para todos los alumnos de 4º de ESO. Así lo informaban muchos medios, pero el anteproyecto dice otra cosa: es optativa a la Biología.

Ante este panorama, no sólo los profesores de Clásicas a nivel nacional, sino también muchos amantes de la cultura y personas con un sentido íntegro de lo que debe ser la educación, estamos consternados por este empeño de eliminar de nuestras enseñanzas básicas aquellas materias que suponen la base del resto de materias. El mundo de occidente tiene sus raíces en la Grecia antigua, un pueblo muy jugoso en pensamiento, en ciencia, en arte, en lengua, en ocio, tanto que forjó el surgimiento de las ciencias y la tecnología modernas. Es más, ya la Atenas del S. V a. C. desarrolló ese sistema político tan moderno llamado democracia. ¡Hasta los antiguos romanos supieron valorar a Grecia y aprender de ella!

La historia de Europa se fraguó en Grecia y ahora esta reforma educativa quiere darle la espalda, olvidar cuál ha sido nuestro origen. Si no transmitimos estos conocimientos desde la escuela y no empapamos a nuestros jóvenes con estos valores, tendremos generaciones empobrecidas. En una época como la nuestra, en la que se precisa de tanta investigación y tanto conocimiento, hemos de continuar la senda de aquellos antiguos griegos movidos por el afán de conocer y, sobre todo, de conocerse.

Una reforma educativa que empieza diciendo “La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía” es muy peligrosa. Es totalmente injustificado e incomprensible que, a pesar de vivir en una situación de crisis, el desenfreno por superar el déficit pueda dar lugar a una reforma del sistema educativo basada exclusivamente en criterios empresariales (O tempora, o mores!), olvidándose de la formación íntegra de nuestros jóvenes, cayendo en el craso error de que importa únicamente todo lo que genera riqueza y dejando a un lado la verdadera formación y dimensión del “ser persona”. Y esto ya lo dijo nuestro paisano Séneca: “Quid sis interest, non quid habearis [importa lo que eres, no lo que tienes]”.

Desde estas líneas, lanzo mi total rechazo (y el de muchos) a este anteproyecto. Espero (y esperamos) que se rectifique, porque, si no, mucho me temo que el sociólogo Ignacio Wert será recordado por la historia como el ministro que ha eliminado las Humanidades de nuestro sistema educativo.

(*) Profesor de lenguas clásicas