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ALAMILLO: Artero Zeus que con la ambrosía...

En tanto que el recuerdo del estío
ha despertado al hongo y a la seta
y está la Dehesa con la hierba prieta
en confusión de charcas y rocío...

El buen alamillero siente el brío
del corazón alzado cual cometa
al viento; hinchada su alma de poeta
al ver de nuevo el pueblo envuelto en frío

Aquí, sin embargo, en las ciudades
el tiempo lleva el pulso del cemento
que el salto de los meses nos oculta...

las noches sin luceros... suciedades
banales de turbio sedimento
que nuestro afán de pueblo nos sepulta.

Melanés, mi buen niño pastor, no me retrata como oriundo de la Hélade, sino que describe más bien la color de este mi cuerpo entrando en años, al menos de una de sus partes, oscura ella cual la noche sin estrellas que ahí arriba te apunto.

Pastor postizo, virtual y con empeño de serlo -que eso te basta. Sigue paciendo tu rebaño pixelado en este foro, que yo me ufanaré en seguir las cagarrutas que dejen como hilo en dédalo tus bichos.
Que me gusta tu esquizofrenia amena, tu mascarada suave de fogueo, tus coturnos, tu machadiano gen y tus incruentas y edificantes palabras.
Melanés no escribirá mucho, `pero ha de leerte en el foro de este Alamillo donde pasé mis al menos 10 agostos cuando niño.

Artero Zeus que con la ambrosía
sabes bien alimentar ego ajeno
e induces a pastor catar tu veneno
antes de que amanezca el día…

Sin Musa que calme mi agonía,
aquí tienes preso al Niño “bueno”
deseando plectear soneto ameno,
pecando de esta soberbia mía.

¡Oh, Tú Dios verdadero, vigilante
no abandones mi corazón, que es tuyo,
e ilumina mi mente errante.

Buen pastor ama tu inefable Creación
y no aspira a ser un aranero dios
de los que habitan en el Partenón.