ALAMILLO: Güenos días, alamilleros de dentro y fuera. Me tomao...

Güenos días, alamilleros de dentro y fuera. Me tomao ya un cafelillo sopao y estoy a punto de marchal pa la majá a por mis borras, tan contento, como tos los días y amás con el tiempo que hace, que no hace frío ninguno y la yerba está que paece la de primavera, que hasta flores se ven en las cunetas que no son lamías por las borregas. Hoy, incluso, paece que el tiempo está lluviosillo, qué gusto...

Güeno, que habréis comprobao que hace ya unos días que un dios del Olimpo se empeña en haceme la contra para reafirmase a sí mismo, qué iluso. Es lo que tiene esto de haber pasao parte de mi juventud en La Arcadia, pastando ovejas al píe del azul turquesa Mediterraneo, oyendo todo el día a las Musas recitarnos, a todos los pastores de la región, tibiamente en el oído, hermosas poesías, acompañadas de la sensual música de las liras... pero eso tie en su contra que los dioses acaban conociéndote, y aunque dioses, tienen celos de las Musas, y aluego te persiguen a lo largo de la vida, recordándote continuamente que eres mortal. Gúeno, pero éste, no sa enterao de que los pastores que trashumanos tenemos algo del carácter de los serranos, que es terco, asín que en mi terquedad, ahí le dejo una copla paradójica, sí, sin alegría, vamos, que es que la sierra nos guelve asín de apagaejos...

De la vida una copla
hacer quiere dios pagano:
vanidad, lujuria… de la mano…
frívolo viento que sopla.

Todo tiene su momento,
juventud sí lo requiere:
alegría que viniere,
sensual acaloramiento.

Pero ¿y tras el cantar?
¿No hay ya otra Pasión?
Ciérrese pues el telón,
no hay más que hablar.

No reniego hedonismo,
el cuerpo lo necesita;
busco espiritualismo
dónde el alma habita.

Esta es mi pertinaz canción,
a lagarto puede aburrir;
pero yo muero por vivir
con el Cristo y su Pasión