Luz ahora: 0,14858 €/kWh

ALBALADEJO: Hasta la Edad del Bronce no se extiende el pastoreo...

Hasta la Edad del Bronce no se extiende el pastoreo y la agricultura, aunque la plenitud de estas transformaciones no llegará hasta la mitad del II milenio. Es la época de los poblados en alto, fácilmente defendibles y cercanos a algún río controlando rutas y valles, las cerámicas campaniformes y actividad minera. Atendiendo factores, pueden localizarse varios yacimientos en la zona de confluencia de los ríos Villanueva y Guadalmena, donde se han localizado cerámicas, utillaje lítico pulimentado y vestigios relacionados con la minería, que se encuadrarían cronológicamente en la Bronce Medio.

En la Zona de "Picondonero" se dan cita una serie de elementos que pueden estar relacionando el lugar con esta etapa:"La caldera", excavada en la roca como posible horno de fundición de metales, "El Tesoro", la "Plaza de Armas", con restos de una posible muralla, huellas de actividad minera en las cercanías, cerámicas relacionadas con sus enterramientos y una privilegiada situación estratégica, han suponer que, al menos como plaza fuerte o lugar de vigilancia y control, fue utilizados por diferentes culturas.

La Edad del Hierro marca el siguiente gran momento cultural, en ella se produce el paso a la historia, a la aparición de la escritura y a una organización sociopolítica que con los romanos desembocará en las bases de la cultura occidental. El "Villar de Casa Paterma", situado junto al arroyo del Horcajo y a una importante vía de comunicación, dominando unos terrenos en los que practicar la agricultura y la ganadería, cuenta con restos cerámicos que demuestran su poblamiento desde esta época hasta la Edad Media, pasado por los períodos ibérico y romano.

Del poblado ibérico, habitado por oretanos, sólo nos quedan fragmentos cerámicos de vasijas realizadas a torno en su mayor parte, decoradas con motivos geométricos pintados y estampillados. Posteriormente, el lugar sería romanizado y experimentaría un ligero auge debido a su cercanía con la populosa Mentesa, ciudad ibero-oretana situada en la actual Villanueva de la Fuente, que en época romana llegó a convertirse en capital de toda la zona.

Sin lugar a dudas la Vía Hercúlea o Camino de Anibal constituyó otro de los principales pilares de dicho esplendor. Este camino unía Cádiz con Sagunto y Roma, Aprovechando las vías de comunicación que unieron desde tiempos más remotos el norte de de Andalucía con la Meseta, a través de los pasos del Guadalmena. Mencionada por diferentes autores desde la antigüedad, se conoce con bastante exactitud su recorrido. Procedente de Cástulo subía hasta Mariana (cerca de Puebla del Príncipe) para desde allí dirigirse hacía la citada Mentesa cruzando la altiplanicie de los "Calares". El camino que discurre por las vegas de Terrinches, Albaladejo y Vva. De la Fuente, uniéndose en ésta a la vía Hercúlea, forma parte de una serie de ramales secundarios que, junto a otros formaron un importante nudo de comunicaciones, enlazando con otras calzadas ibéricas procedentes del Valles del Jabalón hacia Almansa A través de ellas se desarrolló buena parte del proceso de conquista y explotación del territorio.

El nombre del pueblo hace referencia directa a esta importante vía de comunicación, "Al-balat", significa "el camino".

De época romana han sido identificados varios enclaves. Aparte de la mencionada "Paterniana", "Paterno" o "Casa Paterna", existen restos de estructuras dentro del actual casco urbano en la zona de la Plaza y la calle del Arco. El Castillo también puede ser de origen romano, reconstruido y reformado en diferentes momentos. A la misma época pertenece la villa romana de "Puente de la Olmilla".

Esta Villa, habitada al menos desde el siglo y de C., todas las precauciones defensivas y junto a la calzada que garantizaba la exportación de productos. Obedecía por tanto a intereses económicos o estratégico-administrativos. Fue descubierta en el año 1.973. Las excavaciones se iniciaron un año después y su estudio se continuó en posteriores campañas. Se trata de una villa tardoimperial, con un patio central rodeado de columnas y pasillos en cada uno de los lados. Destaca una sala de planta absidada con suelo de mosaicos que ha identificado con el triclinio o comedor. Por loso mosaicos que pavimentan varias dependencias, la tipología de las cerámicas encontradas y el análisis de las monedas, se ha fechado en el siglo IV de C. Entre los mosaicos sobresale uno compuesto por dos panteras sobre fondo blanco, una corriendo y otra sentada, enmarcadas por diferentes cenefas y motivos geométricos. La parte central está destruida, aunque pudo tener un contenido dionisíaco. Este conjunto puede verse en la actualidad en el Museo Provincial.