
CULTIVO DEL OLIVO.
FERTILIZACIóN.
El abonado del olivo, como el de cualquier otro vegetal está en función de sus necesidades en las distintas fases de su desarrollo, o sea de la cantidad de sustancias que extrae del suelo y que deben restituirse por el abonado para que la planta encuentre siempre cubiertas sus necesidades. Por término medio y en función del lugar y modo de cultivar el olivo, puede decirse que cada año una hectárea de olivar extrae del suelo de 20 a 35 Kg de nitrógeno, de 8 a 20 de anhídrido fosfórico, de 20 a 50 de óxido de potasio y otros tantos de óxido de calcio.
FERTILIZACIóN.
El abonado del olivo, como el de cualquier otro vegetal está en función de sus necesidades en las distintas fases de su desarrollo, o sea de la cantidad de sustancias que extrae del suelo y que deben restituirse por el abonado para que la planta encuentre siempre cubiertas sus necesidades. Por término medio y en función del lugar y modo de cultivar el olivo, puede decirse que cada año una hectárea de olivar extrae del suelo de 20 a 35 Kg de nitrógeno, de 8 a 20 de anhídrido fosfórico, de 20 a 50 de óxido de potasio y otros tantos de óxido de calcio.