DIGO...
que en algún lugar lloraron las colinas,
rotas por ruido de tambor una mañana.
Digo, que me robaron rosas muy tempranas
a la que sigo amando todavía.
Digo que solo mi soledad fue
amiga
breve alegría de ave desplumada.
digo que se desprendían de sus alas
las plumas de paz que me escribían.
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