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Aprovechando el tirón religioso, me apetecía comentaros una cosilla.
Yo he presenciado la crucificción de Jesús. He presenciado su muerte y su resurrección. He presenciado su sufrimiento por la calle de la Amargura. He presenciado los latigazos. He estado allí cuando liaba la de Dios en el mercado. He estado allí cuando llegó a Jerusalén sobre su burra. He estado tan cerca siempre de Jesús.
Alrededor de diez veces al año revivo la vida pública, muerte y resurrección de Jesús. En cada una de las escenas desempeño funciones diferentes. Unas veces me toca estar de su parte, y otras, de parte de los otros. Unas veces lo detengo; otras, le acompaño con sus seguidores (hasta rezo un padre nuestro glorioso); otras, sujeto una lanza mientras sufre en la cruz; y otras caigo fulminado, junto con otros soldados romanos, cuando resucita.
Lo más emocionante: cuando muere en la cruz.
Mientras sufre en la cruz recorro mi mirada entre el resto de actores y figurantes, y he podido comprobar como algunos primerizos derraman lágrimas de emoción. He visto como algunos primerizos, cuando le dicen a Pilatos: ¡Muerte en cruz!, lo hacen con lágrimas en los ojos.
Es la emoción del teatro, la suma de los esfuerzos de muchos, y la música, que te hace contener las pulsaciones, provocando un nudo en la garganta.
Es curioso, que un "no creyente", reviva, diez veces al año (aquí no cuento los ensayos), lo que a otros os sirve como regocijo de vuestra alma.
Por cierto, Judas hace un papelón increíble.
EXTRABARNA O JARDINERO DEL INFIERNO.
Yo he presenciado la crucificción de Jesús. He presenciado su muerte y su resurrección. He presenciado su sufrimiento por la calle de la Amargura. He presenciado los latigazos. He estado allí cuando liaba la de Dios en el mercado. He estado allí cuando llegó a Jerusalén sobre su burra. He estado tan cerca siempre de Jesús.
Alrededor de diez veces al año revivo la vida pública, muerte y resurrección de Jesús. En cada una de las escenas desempeño funciones diferentes. Unas veces me toca estar de su parte, y otras, de parte de los otros. Unas veces lo detengo; otras, le acompaño con sus seguidores (hasta rezo un padre nuestro glorioso); otras, sujeto una lanza mientras sufre en la cruz; y otras caigo fulminado, junto con otros soldados romanos, cuando resucita.
Lo más emocionante: cuando muere en la cruz.
Mientras sufre en la cruz recorro mi mirada entre el resto de actores y figurantes, y he podido comprobar como algunos primerizos derraman lágrimas de emoción. He visto como algunos primerizos, cuando le dicen a Pilatos: ¡Muerte en cruz!, lo hacen con lágrimas en los ojos.
Es la emoción del teatro, la suma de los esfuerzos de muchos, y la música, que te hace contener las pulsaciones, provocando un nudo en la garganta.
Es curioso, que un "no creyente", reviva, diez veces al año (aquí no cuento los ensayos), lo que a otros os sirve como regocijo de vuestra alma.
Por cierto, Judas hace un papelón increíble.
EXTRABARNA O JARDINERO DEL INFIERNO.