Lleva usted razón, un hombre de bien no debe ensañarse con una persona enferma a menos que dicha persona se ensañe con quien le de la gana aún estando enfermo. Es una pena que un infeliz como ha sido siempre el cura tenga este final, no le deseo mal a nadie pero él se ha portado mal con todo el pueblo y siendo cura nunca ha dado buen ejemplo. Si en verdad existe un Dios no creo que pueda perdonar la cantidad tan grande de pecados que ha cometido nuestro párroco.
Carmen.
Carmen.