2007-06-17 14:26:43
La cultura no es más que la forma de vida de la sociedad, y por lo tanto, de los individuos de esa sociedad. La cultura (o forma de vida) engloba aspectos tan aparentemente sencillos como lavarse las manos después de defecar; como la costumbre de hacer la siesta (quien pueda); salir a tomar la fresca en verano por la noche; lavarse los dientes antes de ir a dormir; ir a tomar el café por la tarde al bar y echar una partida; saludar de cierta manera; el idioma en el que se habla; y un sinfín más de aspectos cotidianos que conforman lo que se da en llamar la cultura.
Por lo tanto, no existen individuos incultos, dado que todos los individuos forman parte de esa sociedad.
Otra cosa muy diferente son los conocimientos. Se podrán tener grandes conocimientos de música, literatura, pintura, escultura, u otras artes; pero no es menos inculto el que le está dando todas las tardes a la ficha de dominó en el bar, que el que está enfrascado entre libros desde la mañana a la noche. Quizás, ese o esa que quizás no ha tocado un libro en su vida, pero que su casa es la calle, el bar, y el contacto contínuo con los demás, participa más de la cultura de un pueblo, y es pieza fundamental en la continuidad de las costumbres.
No hay que despreciar ni a unos ni a otros. El conjunto de la dinámica social de unos y otros, es decir, de todos, es lo que conforma lo que se denomina cultura.
EL JARDINERO DEL INFIERNO y EXTRABARNA.
La cultura no es más que la forma de vida de la sociedad, y por lo tanto, de los individuos de esa sociedad. La cultura (o forma de vida) engloba aspectos tan aparentemente sencillos como lavarse las manos después de defecar; como la costumbre de hacer la siesta (quien pueda); salir a tomar la fresca en verano por la noche; lavarse los dientes antes de ir a dormir; ir a tomar el café por la tarde al bar y echar una partida; saludar de cierta manera; el idioma en el que se habla; y un sinfín más de aspectos cotidianos que conforman lo que se da en llamar la cultura.
Por lo tanto, no existen individuos incultos, dado que todos los individuos forman parte de esa sociedad.
Otra cosa muy diferente son los conocimientos. Se podrán tener grandes conocimientos de música, literatura, pintura, escultura, u otras artes; pero no es menos inculto el que le está dando todas las tardes a la ficha de dominó en el bar, que el que está enfrascado entre libros desde la mañana a la noche. Quizás, ese o esa que quizás no ha tocado un libro en su vida, pero que su casa es la calle, el bar, y el contacto contínuo con los demás, participa más de la cultura de un pueblo, y es pieza fundamental en la continuidad de las costumbres.
No hay que despreciar ni a unos ni a otros. El conjunto de la dinámica social de unos y otros, es decir, de todos, es lo que conforma lo que se denomina cultura.
EL JARDINERO DEL INFIERNO y EXTRABARNA.