Cuando escribí por primera vez en el antiguo foro, sentía lo mismo que ahora. Sólo quise escribir lo suficiente para desahogar mi resentimiento, pero encontré personas inteligentes que trajeron paz y esperanza a mi corazón. Por ellas seguí adelante, y también porque me embriagué de alabanzas (sobre todo porque no eran esperadas) y a todos nos gusta que nos alaben alguna vez, por muy humildes que seamos. Empecé a quererles y quise darles lo mejor de mí, en la medida de mis capacidades.
El jardinero de las nubes.
El jardinero de las nubes.