Si usted supiera de qué estilo han sido y son mis "sobrevaloraciones" personales, se daría cuenta de que por ahí no van los tiros.
Simplemente, he querido dejar claro que mi conciencia no me permite hacer promesas y luego no cumplirlas. Y eso en política, no me lo niegue, es una práctica muy corriente, sea en el PP, en el PSOE o en el partido que sea.
Pienso yo que una persona vale lo que su palabra, y yo no puedo empeñar mi palabra y luego no cumplirla. Por eso yo no podría suscribir un programa electoral ambicioso, con pocas probabilidades de cumplirlo. Y es que en absoluto doy la talla. En la escritura me defiendo, pero no tengo apenas vis social y política.
No he querido decir que no valore el esfuerzo de los que intentan cambiar la calamitosa situación política de Aldea. Yo también aprecio que la única solución a corto plazo es la alternancia, y la recomiendo a los que me presten algún crédito. Pero yo soy cristiano y valoro la vida de mis semejantes. ¿Cómo espera que pueda estar de acuerdo con el partido que legalizó la interrupción del embarazo, siendo el feto al fin y a la postre un ser vivo y merece una oportunidad, aunque sea por el camino de la adopción?
Me dirá que soy drástico, pero esta última cuestión es cierta. Sé que a ustedes, aldeanos, no compete, pero yo no puedo ostentar las siglas de un partido que consiente estas, para mí, monstruosidades.
No soy perfecto, lo vuelvo a ratificar, y nadie me debe endiosar. Es posible que esté equivocado en mis planteamientos, y lo reconozco: aún estoy aprendiendo de la vida, y espero aprender de ustedes, gente que es de mi misma tierra.
Perdón si les he ofendido, y espero que si toman las riendas del gobierno de Aldea, hagan lo que puedan por este pueblo.
El jardinero de las nubes.
Simplemente, he querido dejar claro que mi conciencia no me permite hacer promesas y luego no cumplirlas. Y eso en política, no me lo niegue, es una práctica muy corriente, sea en el PP, en el PSOE o en el partido que sea.
Pienso yo que una persona vale lo que su palabra, y yo no puedo empeñar mi palabra y luego no cumplirla. Por eso yo no podría suscribir un programa electoral ambicioso, con pocas probabilidades de cumplirlo. Y es que en absoluto doy la talla. En la escritura me defiendo, pero no tengo apenas vis social y política.
No he querido decir que no valore el esfuerzo de los que intentan cambiar la calamitosa situación política de Aldea. Yo también aprecio que la única solución a corto plazo es la alternancia, y la recomiendo a los que me presten algún crédito. Pero yo soy cristiano y valoro la vida de mis semejantes. ¿Cómo espera que pueda estar de acuerdo con el partido que legalizó la interrupción del embarazo, siendo el feto al fin y a la postre un ser vivo y merece una oportunidad, aunque sea por el camino de la adopción?
Me dirá que soy drástico, pero esta última cuestión es cierta. Sé que a ustedes, aldeanos, no compete, pero yo no puedo ostentar las siglas de un partido que consiente estas, para mí, monstruosidades.
No soy perfecto, lo vuelvo a ratificar, y nadie me debe endiosar. Es posible que esté equivocado en mis planteamientos, y lo reconozco: aún estoy aprendiendo de la vida, y espero aprender de ustedes, gente que es de mi misma tierra.
Perdón si les he ofendido, y espero que si toman las riendas del gobierno de Aldea, hagan lo que puedan por este pueblo.
El jardinero de las nubes.