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ALDEA DEL REY: Todos estamos llamados a trabajar en la viña del Señor...

Todos estamos llamados a trabajar en la viña del Señor (2ªp).

En la anterior entrega dejamos sentado que Amar a Dios es Amar a Cristo y viceversa. Pero esta conclusión, para mí dogma de fe, no se alcanzó tan fácilmente. Un ejemplo a bote pronto: ¿En cuál de las citas neotestamentarias, la de Mc 8, 29; donde Pedro contesta: <Tú eres el Cristo>; o, en la de Mt 16, 16; del mismo Pedro, <Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo>, debemos creer más, es más auténtica históricamente?. Decía René Latourelle, un teólogo católico de los de mayor prestigio, en su libro <A Jesús el Cristo por los Evangelios>, en su introducción: <Si la fe es entrega total del hombre a Dios, no por eso es hundimiento en la inconsciencia, fracaso de la razón arrinconada en el fideísmo, incapaz de establecer la rectitud humana de su opción. Antes de creer y para creer hay que saber>. En la primera <Vida de Jesús>, de Strauss, se estableció la prioridad de los sinópticos (= Mc, Mt y Lc) sobre el Evangelio de Juan; así como la prioridad de Mt y Lc sobre Mc. No obstante, los teólogos exegetas Weise y Wilde establecieron las bases de la Tª de las dos fuentes: Mc y Q (Quelle), con lo que lo anteriormente afirmado quedaba superado. Es decir, Mc y Q preceden y son fuentes de copia de Mt y Lc, además de sus propias tradiciones respectivas, M y L. En Mc, sin embargo, no aparecían las citas neotestamentarias de la Quelle que Mt y Lc habían, casi cronológica y secuencialmente obtenido (Kloppenborg). El fideísmo, estimado Jardinero, habría optado por Mt. Pero, como dice muy bien Juan Pablo II en su encíclica <Fides et Ratio> (= Fe y Razón, o, Teología y Filosofía, o, Ciencia y Fe), el ser humano posee dos alas, la razón y la fe, para acceder a Dios; y ambas no son excluyentes sino complementarias. Ya muy anteriormente el doctor Angélico había logrado esta armonía. ¿No crees, estimado Jardinero, que al Pedro pre-pascual le hubiera placido mucho haber dicho la frase de Mt y no sólo haberse quedado con la de Mc?. Voy a provocarte, con sinceridad, para que me contestes. Yo tengo claro dónde radica la preeminencia. Es decir, se nos presenta un problema para enfocar el misterio de Cristo, desde abajo o desde arriba, desde los sinópticos o desde Juan, desde la funcionalidad o la ontología. Esto lo dejo para la 3ª entrega.
Amistosamente, un saludo.