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Todos estamos llamados a trabajar en la viña del Señor (3ªp).
Antes de continuar donde habíamos quedado, la búsqueda de Cristo desde abajo o desde arriba; quiero volver un poquito hacia atrás. Sabemos que Jesús de Nazaret = Cristo o Jesucristo, es el culmen de la Revelación de Dios al hombre. Es el Mediador entre el hombre y Dios. El misterio de Dios y el misterio del hombre, aun siguiendo siendo misterios, con Jesucristo ambos tienen explicación razonable desde la fe. Pero, estimado Jardinero, la fe además y esencialmente de ser un don es también tarea. Por lo que deduzco de tus escrito, para ti tu fe es un don. ¡Feliz tú que has sido tocado por Dios! Si llevas, como dices a tu manera, a Dios en el corazón; los demás, o al menos yo, quiero buscarle con la esperanza de que también Dios me toque con su dedo; la tarea la estoy poniendo y no sólo mediante la actividad reflexiva e ilustrada, sino con el auxilio de los medios de acceso a la fe, particularmente desde la operancia de la fe y la santificación sacramental. Yo soy muy feliz llevando a Jesucristo muy dentro de mí, que como he manifestado en otras ocasiones me subyuga y enamora. Sé y estoy convencido que Jesucristo es una vía de acceso segura a Dios. Sin Él nada tendría sentido; sin su resurrección, como decía San Pablo, vana es nuestra fe y nuestra esperanza.
¿Qué crees tú que sucedería si en estos tiempos, como ocurrió en aquellos, se presentase un hombre, Jesús de Nazaret, y dijese lo que dijo e hiciese lo que hizo?. Seguro que, aquellos que más golpes de pecho se dan, que van a misa todos los domingos y fiestas de guardar, que portan escapularios y medallas, que asisten a las procesiones sin perderse una, que rezan y cantan en el templo a toda pastilla, que se dan la paz en misa efusiva y ruidosamente; pero que, simultáneamente, critican al más y menos pintado, que actúan como carpantas, que cortan trajes y vestidos al primer@ que pasa, que se aislan y rehuyen del menesteroso y necesitado que suplica una limosna, que ya en el templo otean para ver con quién se sientan y tener al lado... Seguro, apreciado Jardinero, que serían los mismos que se presentaron aquella noche en Getsemaní pertrechados de palos, espadas y otras yerbas para volver a prenderlo... bastantes curas entre ell@s.
Dos riesgos se corren, así está constatado por la experiencia, cuando un@ por su cuenta se enfrenta a los textos bíblicos: a) Racionalismo, y, b) Fideísmo. La Iglesia siempre ha sido partidaria desde la Ilustración hacia acá, de afrontar su lectura conjuntamente desde la razón y la fe. ¿Se trata de una doble verdad? No; amigo mío. Sólo existe una verdad, Dios, y ambas, la fe y la razón tienen su origen y procedencia en Él. Lo que no me vale es pretender exclusivizar la verdad, o pretender mantenerla, al margen o fuera de la Iglesia. Si ésta es tu postura, no cuentes conmigo. Para mí la Iglesia, que fue fundada por Jesucristo, es la única valedora e intérprete de la Revelación. Y no me estoy refiriendo a cualesquiera iglesias; me refiero a la Iglesia cuya cabeza visible reside en Roma, a la Iglesia Católica. Los dos apóstoles de Jesús más significativos, Pedro y Pablo, tienen allí su tumba, en Roma.
Si el catolicismo ni te satisfizo ni te alimentó espiritualmente, no le culpes a él; busca, que seguro que los encuentras, otros culpables. Es muy posible que los encuentres entre ésos que anteriormente te he citado.
Perdón, se me ha ido el santo al cielo. Continuaremos en otra ocasión.
Antes de continuar donde habíamos quedado, la búsqueda de Cristo desde abajo o desde arriba; quiero volver un poquito hacia atrás. Sabemos que Jesús de Nazaret = Cristo o Jesucristo, es el culmen de la Revelación de Dios al hombre. Es el Mediador entre el hombre y Dios. El misterio de Dios y el misterio del hombre, aun siguiendo siendo misterios, con Jesucristo ambos tienen explicación razonable desde la fe. Pero, estimado Jardinero, la fe además y esencialmente de ser un don es también tarea. Por lo que deduzco de tus escrito, para ti tu fe es un don. ¡Feliz tú que has sido tocado por Dios! Si llevas, como dices a tu manera, a Dios en el corazón; los demás, o al menos yo, quiero buscarle con la esperanza de que también Dios me toque con su dedo; la tarea la estoy poniendo y no sólo mediante la actividad reflexiva e ilustrada, sino con el auxilio de los medios de acceso a la fe, particularmente desde la operancia de la fe y la santificación sacramental. Yo soy muy feliz llevando a Jesucristo muy dentro de mí, que como he manifestado en otras ocasiones me subyuga y enamora. Sé y estoy convencido que Jesucristo es una vía de acceso segura a Dios. Sin Él nada tendría sentido; sin su resurrección, como decía San Pablo, vana es nuestra fe y nuestra esperanza.
¿Qué crees tú que sucedería si en estos tiempos, como ocurrió en aquellos, se presentase un hombre, Jesús de Nazaret, y dijese lo que dijo e hiciese lo que hizo?. Seguro que, aquellos que más golpes de pecho se dan, que van a misa todos los domingos y fiestas de guardar, que portan escapularios y medallas, que asisten a las procesiones sin perderse una, que rezan y cantan en el templo a toda pastilla, que se dan la paz en misa efusiva y ruidosamente; pero que, simultáneamente, critican al más y menos pintado, que actúan como carpantas, que cortan trajes y vestidos al primer@ que pasa, que se aislan y rehuyen del menesteroso y necesitado que suplica una limosna, que ya en el templo otean para ver con quién se sientan y tener al lado... Seguro, apreciado Jardinero, que serían los mismos que se presentaron aquella noche en Getsemaní pertrechados de palos, espadas y otras yerbas para volver a prenderlo... bastantes curas entre ell@s.
Dos riesgos se corren, así está constatado por la experiencia, cuando un@ por su cuenta se enfrenta a los textos bíblicos: a) Racionalismo, y, b) Fideísmo. La Iglesia siempre ha sido partidaria desde la Ilustración hacia acá, de afrontar su lectura conjuntamente desde la razón y la fe. ¿Se trata de una doble verdad? No; amigo mío. Sólo existe una verdad, Dios, y ambas, la fe y la razón tienen su origen y procedencia en Él. Lo que no me vale es pretender exclusivizar la verdad, o pretender mantenerla, al margen o fuera de la Iglesia. Si ésta es tu postura, no cuentes conmigo. Para mí la Iglesia, que fue fundada por Jesucristo, es la única valedora e intérprete de la Revelación. Y no me estoy refiriendo a cualesquiera iglesias; me refiero a la Iglesia cuya cabeza visible reside en Roma, a la Iglesia Católica. Los dos apóstoles de Jesús más significativos, Pedro y Pablo, tienen allí su tumba, en Roma.
Si el catolicismo ni te satisfizo ni te alimentó espiritualmente, no le culpes a él; busca, que seguro que los encuentras, otros culpables. Es muy posible que los encuentres entre ésos que anteriormente te he citado.
Perdón, se me ha ido el santo al cielo. Continuaremos en otra ocasión.