Todos estamos llamados a trabajar en la Viña del Señor (6ªp).
Comprenderemos, comprenderás amigo Jardinero, que para afirmar como hizo Juan, atribuyéndole a Jesús la siguiente respuesta a Tomas, hay que tener bases muy sólidas, autenticidad histórica por nuestra parte, porque la fe no está reñida con la razón ni con la ciencia. Le dice Jesús a Tomás: <Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí> (Jn 14, 6).
Este pasaje evangélico forma parte de ese 25% de los <ipsissima verba Iesu>. Al igual que el <Tú eres el Mesías> del Pedro marcano, y no el <Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo> del Pedro mateano, que, ya supone un añadido del mismo Mateo una vez vivida la experiencia de la resurrección de Jesús. La historicidad de Mc se impone a la teología de Mt.
¿Nos vamos posicionando?. ¿Sí?.
Pues bien. Es bastante.
Hay muchos, pero un librito exegético en particular, o mejor dos, nos hablan muy bien de cómo surgió el movimiento del Jesús pre-pascual y de cómo se llegó a la primitiva comunidad cristiana post-pascual. Dos en particular: <Del movimiento de Jesús a la Iglesia cristiana>, de Rafael Aguirre Monasterio, y, <Jesús y sus primeros discípulos>, de Santiago Guijarro Oporto. Ambos, Sr. Jardinero, son dos de las muchas joyas exegéticas para acceder al <Jesús histórico>, que, en muchos aspectos coincidiría con el <Jesús real>, que hemos perdido definitivamente.
El <Jesús histórico> puede asemejarse en mucho al <Jesús real>, que hemos perdido definitivamente; pero el <Jesús histórico> es una construcción intelectual lograda por los exegetas y teólogos auxiliándose del <método histórico-crítico>, y aplicándolo a los textos neotestamentarios.
A mi no me seduce la idea de que Jesús procediera del movimiento de Juan el Bautista. O, puede que sí. No viene al caso. Lo que sí se está completamente seguros es que Jesús fundó o creó su propio grupo de discípulos alrededor del 27/28 a. C., y que le siguieron hasta su muerte, menos uno, Judas Iscariote, en el 30 d. C. y posteriormente.
Es decir, la Comunidad pre-pascual la formaron muy especialísimamente Jesús y sus doce apóstoles, que vivieron y convivieron con Él con bastante intimidad. Ellos recibieron, no todos, los secretos del reino de Dios y del propio Dios a través de Jesús.
Pero... llegó el drama trágico del Calvario, la condena, pasión y muerte por crucifixión de Jesús y... todos tras su muerte le abandonaron. ¿Qué hubiéramos hecho nosotros en situación semejante?. Lo normal, huir, escondernos, y escapar para evitar represalias. Sí está constatado y contrastado que el movimiento de Jesús comenzó concretamente en Galilea. No está tan claro dónde, en Galilea o en Judea, comenzó el kerygma apostólico. De manera oficial parece ser que en Jerusalén, aunque tenemos el caso de Pablo, que no tiene por qué ser anterior, o sí, en sentido cronológico, que comenzó después de su visión-conversión tras la experiencia vivida en el camino de Damasco (sobre el 35 d. C.). En la cuestión de la oficialidad, aunque la proclamación comenzase antes no tenemos textos que lo constaten; ahí tenemos (Hch 2, 32.36), que nos habla del discurso de Pedro en Pentecostés, y (1 Cor 15, 3 – 8), de Pablo sobre la resurrección de Jesús de Nazaret.
Basta ya; seguiremos en otro momento.
Saludos muy cordiales.
Comprenderemos, comprenderás amigo Jardinero, que para afirmar como hizo Juan, atribuyéndole a Jesús la siguiente respuesta a Tomas, hay que tener bases muy sólidas, autenticidad histórica por nuestra parte, porque la fe no está reñida con la razón ni con la ciencia. Le dice Jesús a Tomás: <Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí> (Jn 14, 6).
Este pasaje evangélico forma parte de ese 25% de los <ipsissima verba Iesu>. Al igual que el <Tú eres el Mesías> del Pedro marcano, y no el <Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo> del Pedro mateano, que, ya supone un añadido del mismo Mateo una vez vivida la experiencia de la resurrección de Jesús. La historicidad de Mc se impone a la teología de Mt.
¿Nos vamos posicionando?. ¿Sí?.
Pues bien. Es bastante.
Hay muchos, pero un librito exegético en particular, o mejor dos, nos hablan muy bien de cómo surgió el movimiento del Jesús pre-pascual y de cómo se llegó a la primitiva comunidad cristiana post-pascual. Dos en particular: <Del movimiento de Jesús a la Iglesia cristiana>, de Rafael Aguirre Monasterio, y, <Jesús y sus primeros discípulos>, de Santiago Guijarro Oporto. Ambos, Sr. Jardinero, son dos de las muchas joyas exegéticas para acceder al <Jesús histórico>, que, en muchos aspectos coincidiría con el <Jesús real>, que hemos perdido definitivamente.
El <Jesús histórico> puede asemejarse en mucho al <Jesús real>, que hemos perdido definitivamente; pero el <Jesús histórico> es una construcción intelectual lograda por los exegetas y teólogos auxiliándose del <método histórico-crítico>, y aplicándolo a los textos neotestamentarios.
A mi no me seduce la idea de que Jesús procediera del movimiento de Juan el Bautista. O, puede que sí. No viene al caso. Lo que sí se está completamente seguros es que Jesús fundó o creó su propio grupo de discípulos alrededor del 27/28 a. C., y que le siguieron hasta su muerte, menos uno, Judas Iscariote, en el 30 d. C. y posteriormente.
Es decir, la Comunidad pre-pascual la formaron muy especialísimamente Jesús y sus doce apóstoles, que vivieron y convivieron con Él con bastante intimidad. Ellos recibieron, no todos, los secretos del reino de Dios y del propio Dios a través de Jesús.
Pero... llegó el drama trágico del Calvario, la condena, pasión y muerte por crucifixión de Jesús y... todos tras su muerte le abandonaron. ¿Qué hubiéramos hecho nosotros en situación semejante?. Lo normal, huir, escondernos, y escapar para evitar represalias. Sí está constatado y contrastado que el movimiento de Jesús comenzó concretamente en Galilea. No está tan claro dónde, en Galilea o en Judea, comenzó el kerygma apostólico. De manera oficial parece ser que en Jerusalén, aunque tenemos el caso de Pablo, que no tiene por qué ser anterior, o sí, en sentido cronológico, que comenzó después de su visión-conversión tras la experiencia vivida en el camino de Damasco (sobre el 35 d. C.). En la cuestión de la oficialidad, aunque la proclamación comenzase antes no tenemos textos que lo constaten; ahí tenemos (Hch 2, 32.36), que nos habla del discurso de Pedro en Pentecostés, y (1 Cor 15, 3 – 8), de Pablo sobre la resurrección de Jesús de Nazaret.
Basta ya; seguiremos en otro momento.
Saludos muy cordiales.