Estimado amigo LogoterapiaXXI:
Primeramente, disfrute tranquilo y con provecho de su cena, que no es mi intención turbarle ni ponerle la zancadilla en el noble empeño que lleva a cabo. En las cosas de Dios, ninguna mano trabajadora está de más. Como quiera que no soy ni filósofo, ni teólogo ni nada de nada, sino tan sólo un hombre que ama a Dios en la medida de sus fuerzas, no quiero entrar en debates interminables. Estoy cansado, y mi irrupción en el foro es puramente accidental.
No le digo que mis argumentos sean irrebatibles o hayan de ser tomados por dogmas inconmovibles. Como quiera que mi relación con el catolicismo no me satisfizo ni me alimentó interiormente, he andado caminos un poco extraños, con la única guía de mi conciencia. La lectura de la Biblia ha colmado mis ansias espirituales y demasiado sé que hay pasajes que no se pueden interpretar literalmente. Pero las palabras de Jesús (aunque empleara parábolas) son claras y no ofrecen lugar a dudas en lo tocante al sentimiento cristiano.
No me vale que la Iglesia tenga doctores, pues la sapiencia de esos doctores no puede determinar el amor y la pasión que experimento por las cosas de Dios; mis sentimientos sólo competen a mí mismo, pues soy libre (1 Pe 2, 16). No pienso poner a San Juan de la Cruz o a César Vidal, por poner un ejemplo, por encima de la palabra de Dios. Esto ya es asunto de la conciencia de cada uno, y yo, siguiendo la recomendación de San Pablo (Rom 14, 5), actúo según los dictados de mi conciencia. Y es más: el mismo San Pablo advierte que ir en contra de la propia conciencia es pecado (Rom 15, 22-23).
¿Los impulsos de mi conciencia me llevan por un camino extraviado? Puede ser, pero independientemente del camino por el que transite, mi amor a Dios es firme y verdadero, y teniendo a Dios en mi corazón no me preocupan las disquisiciones teológicas ni los matices que puedan sacar a mi conciencia. ¿No está escrito que Dios es más grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas (1 Jn 3, 20)? Más amor a Dios y menos colar mosquitos y tragarse camellos (Mt 23, 24).
Reconozco que no me encuentro en una época buena tanto anímica como dialécticamente hablando. Soy consciente que habré dejado muchos hilos y pespuntes sueltos. Nada de lo que yo diga o sienta debería crear ninguna influencia.
Con esto, respetado LogoterapiaXXI, le aviso que es posible que no le responda y me pase prolongados períodos sin intervenir. Si quiere, lo puede considerar un triunfo de su propia dialéctica. Pero el triunfo ajeno no podrá influir en lo que yo piense o sienta.
Un cordial saludo y felices fiestas.
El jardinero de las nubes.
http://eljardinerodelasnubes. blogspot. com/
Primeramente, disfrute tranquilo y con provecho de su cena, que no es mi intención turbarle ni ponerle la zancadilla en el noble empeño que lleva a cabo. En las cosas de Dios, ninguna mano trabajadora está de más. Como quiera que no soy ni filósofo, ni teólogo ni nada de nada, sino tan sólo un hombre que ama a Dios en la medida de sus fuerzas, no quiero entrar en debates interminables. Estoy cansado, y mi irrupción en el foro es puramente accidental.
No le digo que mis argumentos sean irrebatibles o hayan de ser tomados por dogmas inconmovibles. Como quiera que mi relación con el catolicismo no me satisfizo ni me alimentó interiormente, he andado caminos un poco extraños, con la única guía de mi conciencia. La lectura de la Biblia ha colmado mis ansias espirituales y demasiado sé que hay pasajes que no se pueden interpretar literalmente. Pero las palabras de Jesús (aunque empleara parábolas) son claras y no ofrecen lugar a dudas en lo tocante al sentimiento cristiano.
No me vale que la Iglesia tenga doctores, pues la sapiencia de esos doctores no puede determinar el amor y la pasión que experimento por las cosas de Dios; mis sentimientos sólo competen a mí mismo, pues soy libre (1 Pe 2, 16). No pienso poner a San Juan de la Cruz o a César Vidal, por poner un ejemplo, por encima de la palabra de Dios. Esto ya es asunto de la conciencia de cada uno, y yo, siguiendo la recomendación de San Pablo (Rom 14, 5), actúo según los dictados de mi conciencia. Y es más: el mismo San Pablo advierte que ir en contra de la propia conciencia es pecado (Rom 15, 22-23).
¿Los impulsos de mi conciencia me llevan por un camino extraviado? Puede ser, pero independientemente del camino por el que transite, mi amor a Dios es firme y verdadero, y teniendo a Dios en mi corazón no me preocupan las disquisiciones teológicas ni los matices que puedan sacar a mi conciencia. ¿No está escrito que Dios es más grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas (1 Jn 3, 20)? Más amor a Dios y menos colar mosquitos y tragarse camellos (Mt 23, 24).
Reconozco que no me encuentro en una época buena tanto anímica como dialécticamente hablando. Soy consciente que habré dejado muchos hilos y pespuntes sueltos. Nada de lo que yo diga o sienta debería crear ninguna influencia.
Con esto, respetado LogoterapiaXXI, le aviso que es posible que no le responda y me pase prolongados períodos sin intervenir. Si quiere, lo puede considerar un triunfo de su propia dialéctica. Pero el triunfo ajeno no podrá influir en lo que yo piense o sienta.
Un cordial saludo y felices fiestas.
El jardinero de las nubes.
http://eljardinerodelasnubes. blogspot. com/
! Hola amigo! Andaba yo anoche, envuelto en sueños y recuerdos, y antes de que me rindiera en brazos de morfeo, recordé Aldea del Rey, y me dije: "mas vale tarde que nunca" Aquella voz lejana de mi sabía abuela, me estaba aconsejando, que allí donde has escuchado o leído sabias palabras, merece la pena "regresar" y brindar un saludo: se pues amigo, con mis mejores deseos, de paz, amistad, y este cálido color, que cada año, nos arrastras (a unos mas que a otros) a ser un poco mas buenos.
Hablas de impulso de la conciencia. Como sabes, sabes, hemos hablado de esto. de Dios y de dioses, que yo interpreto a mi manera, y procurando que mi conciencia, me guíe, por el camino de no desear para los otros lo que no quiero para mí.
Ayer yo hurgando en mi memoria, por la otra Castilla "reapareció" mi primera Navidad, y me dí cuenta, de que, la llevo siempre conmigo... en toda su tristeza, a la vez que me encaminó, a ser desconfiado de las palabras escritas o pronunciadas, y si detener mi conciencia, en los hechos, en que una mano generosas, saca un pañuelo para segar la lágrima amarga en un semejante. Y como bien sabes, en cierto modo, muy enfadado, con todo lo que cayó delante de mis ojos, proseguí mi camino, y en el estoy, al día de hoy, a cuestas con mi conciencia, margar´ta en mano. Esta siempre me da una última hoja, que me muestra lo mismo: que el mundo, muestra las mismas cosas. Que los ricos rezan en su riqueza, y que los pobres también en su pobreza. Que los ideales, son manchados por la avaricia de poseer mas y mas, sin mirar si no se le arrebata al de al lado lo necesario, para llevar una vida digna. llego a la conclusión de que las conciencias, se dejan de lado.
Por mi parte yo, no voy a dejar de lado, mis mejores deseos
Hablas de impulso de la conciencia. Como sabes, sabes, hemos hablado de esto. de Dios y de dioses, que yo interpreto a mi manera, y procurando que mi conciencia, me guíe, por el camino de no desear para los otros lo que no quiero para mí.
Ayer yo hurgando en mi memoria, por la otra Castilla "reapareció" mi primera Navidad, y me dí cuenta, de que, la llevo siempre conmigo... en toda su tristeza, a la vez que me encaminó, a ser desconfiado de las palabras escritas o pronunciadas, y si detener mi conciencia, en los hechos, en que una mano generosas, saca un pañuelo para segar la lágrima amarga en un semejante. Y como bien sabes, en cierto modo, muy enfadado, con todo lo que cayó delante de mis ojos, proseguí mi camino, y en el estoy, al día de hoy, a cuestas con mi conciencia, margar´ta en mano. Esta siempre me da una última hoja, que me muestra lo mismo: que el mundo, muestra las mismas cosas. Que los ricos rezan en su riqueza, y que los pobres también en su pobreza. Que los ideales, son manchados por la avaricia de poseer mas y mas, sin mirar si no se le arrebata al de al lado lo necesario, para llevar una vida digna. llego a la conclusión de que las conciencias, se dejan de lado.
Por mi parte yo, no voy a dejar de lado, mis mejores deseos