Todos estamos llamados a trabajar en la Viña del Señor (10ªp).
Tras ubicar cronológicamente los diferentes escritos del NT, los principales, pasaremos a tratar un asunto que vital importancia de cara a la vericidad y autenticidad histórica de esos documentos. Y lo vamos a hacer pausada y detalladamente. La fe cristiana tiene, como ya hemos afirmado, raíz histórica. Veamos.
- Entre la Comunidad pre-pascual y la Comunidad post-pascual medió poco tiempo, un lapsus. Entre ambas comunidades se daba:
- 1º. Continuidad temporal inmediata: poco tiempo de distancia cronológica.
- 2º. Continuidad sociológica: ambas comunidades contenían las personas más inmediatas a Jesús.
- 3º. Continuidad-discontinuidad teológica: antes de Pascua el predicador era Jesús de Nazaret, y se predicaba el reino de Dios, siendo Jesús el Mediador. Después de Pascua el predicador pasó a ser predicado por los Apóstoles y discípulos. Éstos predicaban el <kerygma>, es decir a Jesús el Cristo. Y ya quedamos que el reino de Dios se hizo presente en este mundo en la persona humano-divina de Jesús de Nazaret.
Pero los tres puntos anteriores podemos considerarlos como <indicios>, pero no como <criterios de autenticidad histórica> de esos escritos. Criterios que por otra parte son los utilizados por la investigación científica de corte <histórico-crítico> para todos los escritos de la antigüedad.
Es vital para un cristiano crítico someter al NT a todo tipo de análisis crítico porque nuestra salvación está en juego. Hemos de confirmar con total rotundidad y claridad que nuestra fe es la verdadera, la auténtica fe cristiana, que procede de Jesús, y que a través de su persona nos garantiza la salvación.
Jesús dijo muchas cosas e hizo muchos milagros. La ciencia no se puede limitar a decir amén. La ciencia tiene que investigar con total neutralidad y objetividad y, dentro de sus posibilidades racionales y científicas, confirmar o negar el contenido de los textos neotestamentarios.
Hay muchos cristianos que tiemblan cuando oyen que los textos del NT son sometidos a análisis <histórico-crítico>, porque consideran que su fe se puede poner en peligro. Sin embargo, otros muchos, entre los cuales me encuentro, consideramos, honesta y honradamente, que como todo texto antiguo el NT tiene que verse sometido a la investigación científica. Ya dijimos en entrega anterior, que tanto la fe como la razón, ambas proceden de Dios; y, Dios ni puede engañarse ni engañarnos. Tampoco se puede contradecir. ¿A qué tener miedo?.
Lo que sí ha de tenerse siempre en cuenta es que los evangelios no son ni biografías ni crónicas históricas, son testimonios de fe de unas personas que creyeron sinceramente que Jesús era Hijo de Dios. No obstante, los evangelios contienen numerosos datos históricos.
¿Qué indicios y criterios son ésos?. Seguiremos en otro momento.
Tras ubicar cronológicamente los diferentes escritos del NT, los principales, pasaremos a tratar un asunto que vital importancia de cara a la vericidad y autenticidad histórica de esos documentos. Y lo vamos a hacer pausada y detalladamente. La fe cristiana tiene, como ya hemos afirmado, raíz histórica. Veamos.
- Entre la Comunidad pre-pascual y la Comunidad post-pascual medió poco tiempo, un lapsus. Entre ambas comunidades se daba:
- 1º. Continuidad temporal inmediata: poco tiempo de distancia cronológica.
- 2º. Continuidad sociológica: ambas comunidades contenían las personas más inmediatas a Jesús.
- 3º. Continuidad-discontinuidad teológica: antes de Pascua el predicador era Jesús de Nazaret, y se predicaba el reino de Dios, siendo Jesús el Mediador. Después de Pascua el predicador pasó a ser predicado por los Apóstoles y discípulos. Éstos predicaban el <kerygma>, es decir a Jesús el Cristo. Y ya quedamos que el reino de Dios se hizo presente en este mundo en la persona humano-divina de Jesús de Nazaret.
Pero los tres puntos anteriores podemos considerarlos como <indicios>, pero no como <criterios de autenticidad histórica> de esos escritos. Criterios que por otra parte son los utilizados por la investigación científica de corte <histórico-crítico> para todos los escritos de la antigüedad.
Es vital para un cristiano crítico someter al NT a todo tipo de análisis crítico porque nuestra salvación está en juego. Hemos de confirmar con total rotundidad y claridad que nuestra fe es la verdadera, la auténtica fe cristiana, que procede de Jesús, y que a través de su persona nos garantiza la salvación.
Jesús dijo muchas cosas e hizo muchos milagros. La ciencia no se puede limitar a decir amén. La ciencia tiene que investigar con total neutralidad y objetividad y, dentro de sus posibilidades racionales y científicas, confirmar o negar el contenido de los textos neotestamentarios.
Hay muchos cristianos que tiemblan cuando oyen que los textos del NT son sometidos a análisis <histórico-crítico>, porque consideran que su fe se puede poner en peligro. Sin embargo, otros muchos, entre los cuales me encuentro, consideramos, honesta y honradamente, que como todo texto antiguo el NT tiene que verse sometido a la investigación científica. Ya dijimos en entrega anterior, que tanto la fe como la razón, ambas proceden de Dios; y, Dios ni puede engañarse ni engañarnos. Tampoco se puede contradecir. ¿A qué tener miedo?.
Lo que sí ha de tenerse siempre en cuenta es que los evangelios no son ni biografías ni crónicas históricas, son testimonios de fe de unas personas que creyeron sinceramente que Jesús era Hijo de Dios. No obstante, los evangelios contienen numerosos datos históricos.
¿Qué indicios y criterios son ésos?. Seguiremos en otro momento.