GREGÜESCOS ABAJO, ¡AR!
Estaba cantado. Segunda envainada con marcha atrás, reculeo y puesta al sol de posaderas. Ya recularon hace unos días cuando los de Alí Baba, una vez perpetrado el atraco, reculaban en el precio de la conexión y consumo de tiempos en la cuota de Internet en la Biblioteca Municipal. Impusieron una cuota y pago superiores a cualquier puesto o locutorio digital privado. Cuando la gente comenzó a llamarles lo que son, el nombre del que roba a los demás, enseguida recularon, anularon y, lo más sorprendente, echaron la culpa al mensajero –Como en la Comunidad de Madrid, vamos- Resulta que Cachuli y Cachochi se excusaron, por lo oído, diciendo que ellos no habían subido el precio de Internet – que debería ser totalmente gratuito, pues la JCLM lo regaló al pueblo, no para hacer negocio-, que se “habían equivocado en la publicación!” en el BOP. Hay que ser gilí o breve, más bien lo segundo y tratar a la gente del pueblo como auténticos subnormales. Pero, en fin, envaináronsela y ahora OTRA VEZ A RECULAR
Se veía venir y algunos, que de adivinos tenemos poco, ya lo pusimos negro sobre blanco: “Se van a cagar cuando empiecen a contar firmas”, y así ha sido. El desprecio ninguneante con que trataron a los representantes de este malestar social los de Alí Babá se iba a ir transformando en preocupación para acabar finalmente en lo que ha acabado, la bajada de pantalones y calzoncillos ante la amenaza de poner en riesgo la poltrona y, sobre todo, la bolsa, que 823 euros todos los meses no son cosa para tirar. No sólo se bajan el calzón, también mamarían, además de la teta aldeana que diariamente exprimen, cualquiera otro órgano con el fin de poder seguir disfrutando de las alegrías que da el cargo, sobre todo al bolsillo.
Felicidades, por tanto, a la gente que, quitándose la careta, han hecho frente a estos mercachifles que están arruinando a nuestra querida Aldea del Rey. No os quepa duda, aldeanos que esto leéis, por dinero son capaces de todo y lo único que los mantiene ahí son las ganancias extras a final de mes, que hay mucha prole que criar y alimentar… De cualquier forma, y que sirva de aviso para navegantes, yo me fío de la palabra de Cachuli lo mismo que de la palabra de Cachochi, es decir, menos que de las de un quinqui, por lo que, de no ser ratificado lo dicho por escrito, todo queda en el aire y, como acabamos de ver, mañana puede salir diciendo que lo interpretaron mal, ya que antecedentes hay y razones para creerlo pocas. Salud. Amigos Libertad, Trobador, Groucho, etc. Etc. Seguid escribiendo, por favor. Ha habido unos días de narcolepsis que me empezaban a preocupar, pero ya veo que nos recuperamos.
Por cierto, ya nos han servido las estampitas del PPetania, (6.000 € de costo), ahora esperamos las verdades de los socialistas. ¿No van a publicar más revistas para informarnos de la realidad? De ficción andamos bien provistos, pero para leer esas cosas y mirar esos reportajes para mayor gloria Cachulil y Cachochil, preferimos una buena novela o una buena película. Por cierto, Claverito, me encantas; no veas como me río con tu prosa; por favor, no dejes de escribir.
Estaba cantado. Segunda envainada con marcha atrás, reculeo y puesta al sol de posaderas. Ya recularon hace unos días cuando los de Alí Baba, una vez perpetrado el atraco, reculaban en el precio de la conexión y consumo de tiempos en la cuota de Internet en la Biblioteca Municipal. Impusieron una cuota y pago superiores a cualquier puesto o locutorio digital privado. Cuando la gente comenzó a llamarles lo que son, el nombre del que roba a los demás, enseguida recularon, anularon y, lo más sorprendente, echaron la culpa al mensajero –Como en la Comunidad de Madrid, vamos- Resulta que Cachuli y Cachochi se excusaron, por lo oído, diciendo que ellos no habían subido el precio de Internet – que debería ser totalmente gratuito, pues la JCLM lo regaló al pueblo, no para hacer negocio-, que se “habían equivocado en la publicación!” en el BOP. Hay que ser gilí o breve, más bien lo segundo y tratar a la gente del pueblo como auténticos subnormales. Pero, en fin, envaináronsela y ahora OTRA VEZ A RECULAR
Se veía venir y algunos, que de adivinos tenemos poco, ya lo pusimos negro sobre blanco: “Se van a cagar cuando empiecen a contar firmas”, y así ha sido. El desprecio ninguneante con que trataron a los representantes de este malestar social los de Alí Babá se iba a ir transformando en preocupación para acabar finalmente en lo que ha acabado, la bajada de pantalones y calzoncillos ante la amenaza de poner en riesgo la poltrona y, sobre todo, la bolsa, que 823 euros todos los meses no son cosa para tirar. No sólo se bajan el calzón, también mamarían, además de la teta aldeana que diariamente exprimen, cualquiera otro órgano con el fin de poder seguir disfrutando de las alegrías que da el cargo, sobre todo al bolsillo.
Felicidades, por tanto, a la gente que, quitándose la careta, han hecho frente a estos mercachifles que están arruinando a nuestra querida Aldea del Rey. No os quepa duda, aldeanos que esto leéis, por dinero son capaces de todo y lo único que los mantiene ahí son las ganancias extras a final de mes, que hay mucha prole que criar y alimentar… De cualquier forma, y que sirva de aviso para navegantes, yo me fío de la palabra de Cachuli lo mismo que de la palabra de Cachochi, es decir, menos que de las de un quinqui, por lo que, de no ser ratificado lo dicho por escrito, todo queda en el aire y, como acabamos de ver, mañana puede salir diciendo que lo interpretaron mal, ya que antecedentes hay y razones para creerlo pocas. Salud. Amigos Libertad, Trobador, Groucho, etc. Etc. Seguid escribiendo, por favor. Ha habido unos días de narcolepsis que me empezaban a preocupar, pero ya veo que nos recuperamos.
Por cierto, ya nos han servido las estampitas del PPetania, (6.000 € de costo), ahora esperamos las verdades de los socialistas. ¿No van a publicar más revistas para informarnos de la realidad? De ficción andamos bien provistos, pero para leer esas cosas y mirar esos reportajes para mayor gloria Cachulil y Cachochil, preferimos una buena novela o una buena película. Por cierto, Claverito, me encantas; no veas como me río con tu prosa; por favor, no dejes de escribir.