Amigo trovador, en tiempos de maricastaña era esa la realidad, los pobres comían las sobras de los ricos y los tenían de criados por un "corrusco de pan", ahora la realidad es bien distinta y le pese a quie le pese, el pobre tiene un euro en el bolsillo, la nevera llena, ropa que ponerse, casa decente donde vivir, coche en la puerta y hasta me atrevería a decir "cojones para gastarselo en un botellin". Eso es lo que sucede al día de hoy, y para pesar de algunos ó de muchos que se les retuerce el mondongo cuando lo ven con sus ojos. Vivan los pobres de antaño y los humildes de hoy.