De nuevo, Feliciano.
Miras la mediocridad que te rodea y el alma se te encoge; del yermo cultural, social y político en que aldea se debate y se sume sólo algún fulgor perdido refulge en vez en vez y el hálito de lo superior bate sus alas sobre un pueblo cada vez más pobre en todo. Súbito, la luz de la inteligencia y el arte se muestra en su esplendor. La luz de la paleta sabia, sabiamente gobernada por la mano feliciana, es aprehendida en el mismo momento en que, acabada de nacer comienza su particular moribundia, ese sólo momento impele el juego de retina de nuestro genial pintor y la naturaleza se transforma.
Lección para apiarados y mayorales de la modorra: el genio siempre vence a la mediocridad, y mira que de ésta tenemos en aldea para vender y regalar. Feliciano es muyo Feliciano. Para regocijo y alegría de quienes estimamos su pintura y su persona, sépase que acaba de recibir otro premio NACIONAL, a través del Ayuntamiento de Puertollano. Gracias, Feliciano, por ayuntar Aldea a tu nombre, porque si fuera por otros "ayuntamientos", la vegüenza hace tiempo que nos haría mirar para otro sitio. Sigue volando porque tu universo es infinito y sigan los bueyes (como aquellos a los que canta Miguel Hernández en Viento del pueblo) pegados al arado, aunque pretendan alas de Pegaso, su pezuña no levantará vuelo. Gracias, Feliciano; gente como tú y el Jardinero nos honráis, de lo demás... polvo, olvido.
Miras la mediocridad que te rodea y el alma se te encoge; del yermo cultural, social y político en que aldea se debate y se sume sólo algún fulgor perdido refulge en vez en vez y el hálito de lo superior bate sus alas sobre un pueblo cada vez más pobre en todo. Súbito, la luz de la inteligencia y el arte se muestra en su esplendor. La luz de la paleta sabia, sabiamente gobernada por la mano feliciana, es aprehendida en el mismo momento en que, acabada de nacer comienza su particular moribundia, ese sólo momento impele el juego de retina de nuestro genial pintor y la naturaleza se transforma.
Lección para apiarados y mayorales de la modorra: el genio siempre vence a la mediocridad, y mira que de ésta tenemos en aldea para vender y regalar. Feliciano es muyo Feliciano. Para regocijo y alegría de quienes estimamos su pintura y su persona, sépase que acaba de recibir otro premio NACIONAL, a través del Ayuntamiento de Puertollano. Gracias, Feliciano, por ayuntar Aldea a tu nombre, porque si fuera por otros "ayuntamientos", la vegüenza hace tiempo que nos haría mirar para otro sitio. Sigue volando porque tu universo es infinito y sigan los bueyes (como aquellos a los que canta Miguel Hernández en Viento del pueblo) pegados al arado, aunque pretendan alas de Pegaso, su pezuña no levantará vuelo. Gracias, Feliciano; gente como tú y el Jardinero nos honráis, de lo demás... polvo, olvido.
