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Hoy, martes 30 de Septiembre de 2.008, se ha publicado en el Diario Lanza, en la sección de "Cartas a la Directora", la respuesta al artículo del Sr. D. Santiago Ciudad;
“Efectivamente, con Flores a María”
José Pablo Molina
No es la primera vez que, el que les habla, ha quedado absorto al leer o escuchar una determinada crítica. En muchas ocasiones se trata de críticas constructivas pero hay veces que no basta con limitarte a mirar hacia otro lado y seguir caminando porque, lejos de tener ese carácter, se presentan como un conjunto de acusaciones infundadas y comparaciones absurdas, procedentes del desconocimiento o de la mala fe, que sobrepasan el límite de cualquier persona medianamente razonable.
El pasado miércoles, 24 de Septiembre de 2.008, el Sr. D. Santiago Ciudad, paisano mío de Aldea del Rey y hacia el cual yo no tengo ningún reproche personal, escribió, en estas mismas páginas, un artículo de opinión titulado “Con Flores a María”. En él, relató su versión de los hechos acontecidos el pasado 8 de Septiembre durante la procesión de Nuestra Patrona, la Virgen del Valle, centrándose en la ofrenda de un ramo de flores que se realizó durante el recorrido de la misma. Dicha versión es totalmente desacertada.
Me he tomado la licencia de responderle como aldeano, como Hermano de la Cofradía, como parte de la cuadrilla de costaleros de Nuestra Patrona, como uno de los organizadores de dicha ofrenda y, sobre todo, como demócrata que siente vergüenza ante un relato como el suyo. Gracias a Dios, existen vídeos y fotografías que pueden demostrar que lo que se hizo fue dejar un ramo de flores en recuerdo a los difuntos aldeanos y con un especial recuerdo para las víctimas del terrible accidente aéreo acontecido en Barajas unos días antes. Precisamente yo, tomé la palabra para dedicar la “levantá” del paso a nuestros familiares, vecinos, aldeanos en general, que nos habían dejado en los últimos años, para que la Virgen del Valle los cuidara y nos ayudaran desde allí en nuestra vida diaria. Entonces, ¿Por qué motivo se nos compara con aquellos que “se sublevaron a golpe de mosquetón cuartelero contra el gobierno legítimo y democrático de la II República española”? ¿Por qué nos tacha de “fascistas intemporales e irredentos”? ¿En qué momento hemos mezclado “el cóctel perverso de iglesia y política”? ¿Quién cometió “un acto quasi delictivo”? y podría continuar así ya que son muchísimas las acusaciones sin ningún sentido que, en mi opinión, el Sr. Ciudad debería rectificar. Y ¿por qué debería rectificarlas? Porque, en mi opinión, con su artículo ha creado una imagen retrógrada y falsa de lo ocurrido y, por extensión, de nuestro querido pueblo.
Nunca hemos mezclado nuestra manifestación pública de fe, expresada mediante la procesión, esa que el Sr. Ciudad denomina junto a alguna más de Aldea como “teatro ambulante”, con la política. En nuestro pueblo, como en muchos otros sitios, aún existen símbolos del régimen franquista, pero, al menos para mí y para la mayoría de aldeanos y aldeanas de buena fe, la Casa Consistorial no deja de ser el órgano de Gobierno local o Ayuntamiento por el hecho de tener en su fachada uno u otro símbolo y la Cruz donde dejamos el ramo de flores es un símbolo cristiano y un lugar de recuerdo a los difuntos, independientemente de que, en su momento, representara a unos o a otros, para nosotros no tiene esa connotación sino, en todo caso, la de representar a todos por igual. Desde la transición, creo que se han hecho muchísimos esfuerzos por dejar a un lado las diferencias del pasado y poder vivir en paz y sin rencores, de hecho, existe una Ley de Amnistía, aprobada por el Congreso de los Diputados hace más de 30 años, el 14 de octubre de 1977. Esfuerzos que parecen no haber servido de nada para ciertas personas, que ven fantasmas donde nos los hay y, en lugar de buscar el sentido real de una acción que puedan no entender a priori o cuyo significado desconozcan, intentan descubrir trasfondos oscuros e intenciones que en ningún momento han existido. Aún así, insisto en que yo ni entiendo de política ni quiero meterme. Solamente me gustaría que nadie nos mezcle con esos temas, únicamente tratamos de acompañar a Nuestra Patrona de la manera más digna posible y, por ello, no somos ni mejores ni peores que cualquier otra persona.
Vuelvo a insistir en que hay vídeos y fotografías de dicho instante que pueden demostrar lo que he explicado anteriormente. Entiendo que, si no le hubiera quedado claro cual era el fin de aquel ramo de flores, podría habernos consultado y nos hubiéramos ahorrado este bochorno. El desaparecido Papa, Juan Pablo II, dijo “El diálogo, basado en sólidas leyes morales, facilita la solución de los conflictos y favorece el respeto de la vida, de toda vida humana. Por ello, el recurso a las armas para dirimir las controversias representa siempre una derrota de la razón y de la humanidad”. Utilicemos el diálogo, antes de caer en situaciones como ésta.
“Efectivamente, con Flores a María”
José Pablo Molina
No es la primera vez que, el que les habla, ha quedado absorto al leer o escuchar una determinada crítica. En muchas ocasiones se trata de críticas constructivas pero hay veces que no basta con limitarte a mirar hacia otro lado y seguir caminando porque, lejos de tener ese carácter, se presentan como un conjunto de acusaciones infundadas y comparaciones absurdas, procedentes del desconocimiento o de la mala fe, que sobrepasan el límite de cualquier persona medianamente razonable.
El pasado miércoles, 24 de Septiembre de 2.008, el Sr. D. Santiago Ciudad, paisano mío de Aldea del Rey y hacia el cual yo no tengo ningún reproche personal, escribió, en estas mismas páginas, un artículo de opinión titulado “Con Flores a María”. En él, relató su versión de los hechos acontecidos el pasado 8 de Septiembre durante la procesión de Nuestra Patrona, la Virgen del Valle, centrándose en la ofrenda de un ramo de flores que se realizó durante el recorrido de la misma. Dicha versión es totalmente desacertada.
Me he tomado la licencia de responderle como aldeano, como Hermano de la Cofradía, como parte de la cuadrilla de costaleros de Nuestra Patrona, como uno de los organizadores de dicha ofrenda y, sobre todo, como demócrata que siente vergüenza ante un relato como el suyo. Gracias a Dios, existen vídeos y fotografías que pueden demostrar que lo que se hizo fue dejar un ramo de flores en recuerdo a los difuntos aldeanos y con un especial recuerdo para las víctimas del terrible accidente aéreo acontecido en Barajas unos días antes. Precisamente yo, tomé la palabra para dedicar la “levantá” del paso a nuestros familiares, vecinos, aldeanos en general, que nos habían dejado en los últimos años, para que la Virgen del Valle los cuidara y nos ayudaran desde allí en nuestra vida diaria. Entonces, ¿Por qué motivo se nos compara con aquellos que “se sublevaron a golpe de mosquetón cuartelero contra el gobierno legítimo y democrático de la II República española”? ¿Por qué nos tacha de “fascistas intemporales e irredentos”? ¿En qué momento hemos mezclado “el cóctel perverso de iglesia y política”? ¿Quién cometió “un acto quasi delictivo”? y podría continuar así ya que son muchísimas las acusaciones sin ningún sentido que, en mi opinión, el Sr. Ciudad debería rectificar. Y ¿por qué debería rectificarlas? Porque, en mi opinión, con su artículo ha creado una imagen retrógrada y falsa de lo ocurrido y, por extensión, de nuestro querido pueblo.
Nunca hemos mezclado nuestra manifestación pública de fe, expresada mediante la procesión, esa que el Sr. Ciudad denomina junto a alguna más de Aldea como “teatro ambulante”, con la política. En nuestro pueblo, como en muchos otros sitios, aún existen símbolos del régimen franquista, pero, al menos para mí y para la mayoría de aldeanos y aldeanas de buena fe, la Casa Consistorial no deja de ser el órgano de Gobierno local o Ayuntamiento por el hecho de tener en su fachada uno u otro símbolo y la Cruz donde dejamos el ramo de flores es un símbolo cristiano y un lugar de recuerdo a los difuntos, independientemente de que, en su momento, representara a unos o a otros, para nosotros no tiene esa connotación sino, en todo caso, la de representar a todos por igual. Desde la transición, creo que se han hecho muchísimos esfuerzos por dejar a un lado las diferencias del pasado y poder vivir en paz y sin rencores, de hecho, existe una Ley de Amnistía, aprobada por el Congreso de los Diputados hace más de 30 años, el 14 de octubre de 1977. Esfuerzos que parecen no haber servido de nada para ciertas personas, que ven fantasmas donde nos los hay y, en lugar de buscar el sentido real de una acción que puedan no entender a priori o cuyo significado desconozcan, intentan descubrir trasfondos oscuros e intenciones que en ningún momento han existido. Aún así, insisto en que yo ni entiendo de política ni quiero meterme. Solamente me gustaría que nadie nos mezcle con esos temas, únicamente tratamos de acompañar a Nuestra Patrona de la manera más digna posible y, por ello, no somos ni mejores ni peores que cualquier otra persona.
Vuelvo a insistir en que hay vídeos y fotografías de dicho instante que pueden demostrar lo que he explicado anteriormente. Entiendo que, si no le hubiera quedado claro cual era el fin de aquel ramo de flores, podría habernos consultado y nos hubiéramos ahorrado este bochorno. El desaparecido Papa, Juan Pablo II, dijo “El diálogo, basado en sólidas leyes morales, facilita la solución de los conflictos y favorece el respeto de la vida, de toda vida humana. Por ello, el recurso a las armas para dirimir las controversias representa siempre una derrota de la razón y de la humanidad”. Utilicemos el diálogo, antes de caer en situaciones como ésta.