Alter Ego: hace ya mas de una hora que me he levantado, lo que viene a decir, que soy madrugador por costumbre, de visitar los tajos, a buena hora, para satisfacer mi estomago, otros y variadas necesidades, que no precisamente de taberna.
Dice quien me precede, en un escrito, corto algo así como "! Vaya rollo...": le aburrimos. Entiendo que no entra en el fondo de la cuestión; tus pareceres y los míos y que nuestros argumentos no le interesan. Respondiendo a ambos, digo que a mi sí. A mi me interesa que los buenos propósitos que se han escrito... no hubiesen quedado solo en el papel. difieren nuestros puntos de vista pero en el fondo de la cuestión estamos de acuerdo... que lo hermosamente, predicado o escrito,; se ensucia muy a menudo, y precisamente el ejemplo no cunde entre los administradores; esa es mi queja. Viajo a menudo, con gentes de mi edad, muy apegadas a creencias, y sobre su comportamiento saco conclusiones de las que a veces "me nace" una historia, que dejo en otros foros (en este hace meses que escribía) y recibo los mismos halagos a los tuyos: no me conformo con esto, quisiera que reflexionara la gente y entendiera, me entendiera, cuando yo digo: que se predica y que el trigo queda en el mismo granero. En los viajes, visitamos monumentos; Santiago de Compostela, "Notre
dame" unos se detienes a rezar y hasta depositan un poco de calderilla en alguna parte. ¿Es costumbre o devoción? A la entrada alguien pide limosna, cae una lluvia fina y fría, está arrodillado sobre las frias valdosas, empapadas de lluvia del exterior, empapadas de lluvia: ¿fingen o en verdad lo necesitan? Tiene un solo brazo. Le miro a los ojos... y quiero creer que no miente. ante la duda... Nos reunimos con los que habían rezado, dentro, a mi se me antojo demasiado. Bromeé sobre ello... hasta ironicé en que monedas serían mas ajustadas a nuestros propósitos. Yo mantuve que las mías. Volvimos sobre nuestros pasos, en la intención de mostrarles la tristeza de la persona que pedía bajo la lluvia, había desaparecido: mi intención era doble: de un lado mostrarles a mis amigos su cara de tristeza y la otra, haberle dado algo mas, que a fin de cuentas, hubiese correspondido a una cerveza de la que se puede prescindir. Paseando por los alrededores, seguimos hablando sobre los hechos, y, en la conversación no faltó, el poco interés de las gentes, y naturalmente las modalidades de el botellón.
La conversación se alargó en un repaso, a lo que fueron nuestras vidas, lo que ahora sucede... y por mi partela diferencia, entre los que desfilan poniendo monedas en alguna parte y aquellos que miran solamente los monumentos: de estos yo, me empeño. en ver lagrimas chorreando por las frías columnas... al mismo tiempo que hambrientos acarreando piedras, de unos muchos y unos cuantos, latigo en mano junto a otros con la barriga bien llena. Dime amigo: ¿Estaría presente Cristo? ¿Precisa de estos hermosos templos...?
LIBERTAD.
Dice quien me precede, en un escrito, corto algo así como "! Vaya rollo...": le aburrimos. Entiendo que no entra en el fondo de la cuestión; tus pareceres y los míos y que nuestros argumentos no le interesan. Respondiendo a ambos, digo que a mi sí. A mi me interesa que los buenos propósitos que se han escrito... no hubiesen quedado solo en el papel. difieren nuestros puntos de vista pero en el fondo de la cuestión estamos de acuerdo... que lo hermosamente, predicado o escrito,; se ensucia muy a menudo, y precisamente el ejemplo no cunde entre los administradores; esa es mi queja. Viajo a menudo, con gentes de mi edad, muy apegadas a creencias, y sobre su comportamiento saco conclusiones de las que a veces "me nace" una historia, que dejo en otros foros (en este hace meses que escribía) y recibo los mismos halagos a los tuyos: no me conformo con esto, quisiera que reflexionara la gente y entendiera, me entendiera, cuando yo digo: que se predica y que el trigo queda en el mismo granero. En los viajes, visitamos monumentos; Santiago de Compostela, "Notre
dame" unos se detienes a rezar y hasta depositan un poco de calderilla en alguna parte. ¿Es costumbre o devoción? A la entrada alguien pide limosna, cae una lluvia fina y fría, está arrodillado sobre las frias valdosas, empapadas de lluvia del exterior, empapadas de lluvia: ¿fingen o en verdad lo necesitan? Tiene un solo brazo. Le miro a los ojos... y quiero creer que no miente. ante la duda... Nos reunimos con los que habían rezado, dentro, a mi se me antojo demasiado. Bromeé sobre ello... hasta ironicé en que monedas serían mas ajustadas a nuestros propósitos. Yo mantuve que las mías. Volvimos sobre nuestros pasos, en la intención de mostrarles la tristeza de la persona que pedía bajo la lluvia, había desaparecido: mi intención era doble: de un lado mostrarles a mis amigos su cara de tristeza y la otra, haberle dado algo mas, que a fin de cuentas, hubiese correspondido a una cerveza de la que se puede prescindir. Paseando por los alrededores, seguimos hablando sobre los hechos, y, en la conversación no faltó, el poco interés de las gentes, y naturalmente las modalidades de el botellón.
La conversación se alargó en un repaso, a lo que fueron nuestras vidas, lo que ahora sucede... y por mi partela diferencia, entre los que desfilan poniendo monedas en alguna parte y aquellos que miran solamente los monumentos: de estos yo, me empeño. en ver lagrimas chorreando por las frías columnas... al mismo tiempo que hambrientos acarreando piedras, de unos muchos y unos cuantos, latigo en mano junto a otros con la barriga bien llena. Dime amigo: ¿Estaría presente Cristo? ¿Precisa de estos hermosos templos...?
LIBERTAD.