ALDEA DEL REY: Caminaba yo esta tarde, serena en mis reflexiones,...

Caminaba yo esta tarde, serena en mis reflexiones, paralelo a la carretera que conduce a Cuidad Real y que tanto la vieja, como la circunvalación pasan a no mucho metros, de donde hace cuatro años, fijé mi domicilio y muy cerca de la carretera, pacía un rebaño de ovejas, al llegar a la altura del hombre que las guardaba, dije! hola! Un simple! hola! y charlamos largamente: destacó en nuestra conversación, su vida sencilla; así mismo, el hecho de que en cierto modo, habíamos turbado la paz de la que años atrás, gozaba este pueblo años atrás. Naturalmente, esto ha mejorado su nivel de vida, algo que este hombre reconoció, Proseguí mi camino, pesando en si este hombre había sido feliz y si lo era ahora, ya cargado en años: legué a la conclusión de que así era... ajeno al despilfarro de los que viven en el afán de engordar cuentas bancarias, a la vez que de aquellos que en las grandes ciudades, les han tocado vivir en suburbios.
En estas reflexiones, me alejé, sendero adelante hasta alcanzar la próxima colina. Desde esta, aparecía la llanura salpicada de construcciones modernas y tras de ellas Toledo. El Sol, a la izquierda de esta ciudad llena de historia, el Sol, dibujaba en las nubes, su! adios! en la tarde que acababa... YO SUMIDO EN MI SOLILOQUIO, regresé bordeando los olivares, con estas mis reflexiones, sobre el mundo, acuestas.
Mas allá de donde había estado, me nació la historia, de gentes dentro de cuanto abarcó mi vista dentro de un circulo imaginario y fuera de el. No faltaron aquellos a los que aburriré con mi cuento real y con mi utopía.
"Sabía que estaban AHÍ: en la penumbra de los rincones del mundo; lo sabía: ¿molesto si me quedo con ellos unas horas y charlo con ellos? Son LOS VIAJEROS QUE PORTAN SU ATADA HECHA GIRONES: viajeros del frío, las voces de la súplica; los injustamente olvidados. Están AHÏ a ras del suelo, en la oración de su pobreza; algunos, o tal vez demasiados, por techo las estrellas, arropados de cartones; mientra la ciudad dormita; mientras la cuidad, bulle en orgías. Están AHÍ en los suburbios, gritando su silencio: acusando, sin entender el porque la ciudad "les empuja a los suburbios..."

Enciendo el televisor pese a que se que escucharé el mismo sermón. Este sermón si me aburre, me molesta: me molesta, si, porque hablan de dineros, que a lo que parece se han escabullido tras el circulo invisible e infinito que mi imaginación ha trazado. Allí estás tu, yo, el pastor y todos aquellos que ignoran cuanto yo me empeño en contemplar: niños que nacen todos los días y niños que agonizan a caza segundo junto a madres que no pueden amamantarlos porque sus vientres piden pan... por que tienen sus pechos vacíos...
LIBERTAD.