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ALDEA DEL REY: Hola, amigos de esta ventana de libertad. Aunque andemos...

Hola, amigos de esta ventana de libertad. Aunque andemos escasos de tiempo, no viene mal de cuando en vez asomarse por aquí. Gracias a los que, de una u otra forma, estimáis mis colaboraciones, yo apruebo todas, aunque algunas me parezcan auténticos esperpentos, como es el caso del tal Pablo Molina, o Jose Pablo cuando se cataloga de "demócrata" ofreciendo flores a los verdugos de la represión franquista. Ese tío vive en la luna o si un paleontólogo tuviera que analizar su cerebro, estoy seguro de que llegaría a la conclusión que habría sido de un mosquito. En fin, como dice Alter Ego, "Milagros Veredes".
Tomando el "sueño" de otoño de Alter Ego sobre la "conciencia ecológica" de nuestro Ayuntamiento -mejor dicho, de Chu y Cho, que son los que se llevan el dinero-, creo que tu "sueño" no es más que eso. Amigos foristas, a poco que conozcáis Aldea del Rey, estaréis de acuerdo conmigo en que es uno de los pueblos con menos arbolado y zonas verdes de toda nuestra comunidad autónoma. Aquí el asfalta ha invadido todo el suelo urbano, no queda hueco que no haya sido colonizado por tan hermoso material como el alquitrán. Adiós para siempre al maravilloso basalto, orgullo otrora de los aldeanos y seña de identidad de aquellos canteros catalanes que llegaron por los años veinte a enseñar a explotar las canteras. Y, sobre todo, adiós a mi verde pueblo. Los alcaldes diferentes que han pasado por el sillón han ido trazando el más lamentable de los dibujos. Ninguno de ellos quedará en la historia por haber llevado a cabo algo relevante, no obstante sí quedarán en la memoria colectiva como los grandes deforestadores: Veamos, a Antonio Caballero, q. e. p. d., persona intachable y querida por todos, hay que reprocharle siempre que talara inmisericordemente todo el arbolado del amplio meandro del arroyo de la Higuera, no vale la disculpa de las "enfermedades" de los árboles, éstas, como en los humanos, se curan. El paso siguiente lo dio otro alcalde, que para comer y tragar, tiene asegurado un lugar privilegiado en los anales del pueblo, Luis Alcaide, éste será recordado por talar (siempre el mismo verbo) las centenarias moreras de la Plaza y arrasar los espacios verdes de la misma, incluyendo las preciosas acacias de bola, hoy casi un árbol extinguido; eso sí, a cambio de alquitrán y losetas... una belleza de plaza, vamos. Luego vino el loco de la colina llamado Pinaglia y éste se superó a sí mismo y superó a los anteriores: Taló literalmente todo el enclave del nacimiento de las aguas de la Higuera, dejando lo que era un bosquete de galería hecho un erial, arguyendo, además, que la "pelusa" de los olmos era origen de los fuegos; como eso era poco, mandó talar y se talaron los olmos negros casi centenarios también, que habían resistido el ataque de la grafiosis, en la entrada de la carretera de Calzada, toda una heroicidad... y de Ramón Zamora, al que el alcalde actual y su trupe han hecho un excelente alcalde cometió el tremendo error de talar y deforestar por completo la piscina municipal que, desde entonces, ha sufrido una muerte lenta pues cada verano acude menos gente y este último, salvo por el refuerzo de inmigrantes, habría pasado por una particular, y es que la gente busca el agua, pero sobre todo busca la sombra, la sombra asesinada por Ramón y Cho, Cho y Ramón y los que permitieron el desastre. A Chu, como no podía ser menos, ya podemos colgarle los ceros que queramos en número de árboles cortados -véase la entrada por Puertollano-, lo curioso es que se cortan los ejemplares de árboles adultos y sanos cuyo valor económico es altísimo (los árboles cuestan muy caros), y luego se gastará en reponerlos (si es que se reponen) con doble gasto, una operación propia de Cho, como otras tantas. Lo dicho, querido Alter Ego, que tus sueños alumbren alguna luz porque hasta ahora una de nuestras tristes señas de identidad ha sido, vía consistorial, GUERRA A LA NATURALEZA, cuando nadie que tenga el cerebro poco mayor que el de una hormiga sabe que de la naturaleza venimos y a la naturaleza vamos.