Señorita Silvia:
Ni soy abogado de nadie ni responsable de este foro, salvo en lo que a mis intervenciones concierne. Sé perfectamente lo que es ser insultado y que se metan con tu familia, durante más años de los que acaso usted tenga. Simplemente quería que usted se pronunciara sobre si yo estaba incluido en los "otros" que usted señala, en esta particular caza de brujas que tanto pontifica. En mi caso, y así lo tengo reconocido hasta por personas de su credo político, sólo he criticado acciones del ámbito público, político y religioso. Jamás me he metido a enjuiciar la calidad intrínseca de una persona ni mucho menos su intimidad o sus entornos familiares. Yo sólo opino de lo que sé, veo o me informo cabalmente. Vuelvo al mismo ejemplo: reclamo insistentemente la publicación de las actas aprobadas en la web del ayuntamiento y no lo hacen, aun teniendo la obligación de hacerlo. ¿Cómo califico esta acción? Y si lo hago con justicia, ¿aún me pueden tildar de levantar falsa acusación y hasta de insultar la competencia del responsable de facilitar los archivos informáticos? Es decir, ¿podría por esa regla de tres adoptar esa demora en el pago de mis impuestos? Si un estamento exige, queda el derecho en un régimen supuestamente democrático de exigirles el cumplimiento de lo que tienen que cumplir y la total trasparencia e imparcialidad en todas las acciones de gobierno.
Lo vuelvo a decir: yo no pertenezco a ninguna formación política. No me convence ni el gobierno local, ni el regional ni el nacional. ¿Puede usted llamarme sectario por eso? Yo soy libre en lo que creo y en lo que pienso, y parto en todo de la base del respeto, aunque el respeto pueda acabar agotándose o perderse de golpe. En cambio, yo no me considero con derecho de insultar a nadie. Jamás he insultado a nadie, y esto, decididamente, es algo de lo que bien puedo presumir.
En fin, señorita Silvia, pertenecer un partido político tiene sus ventajas, pero también sus riesgos, entre ellos pensar que el cuerpo ideológico y las actuaciones de sus miembros son infalibles. Yo no pienso eso, y por ello no milito en ningún partido político... ni tan siquiera en ninguna iglesia. No apoyo a ésos que oprimen al pobre ni a los que guillotinaban a aristócratas en la Plaza de la Grêve. No apoyo la violencia física ni moral, y de ambas he padecido en este pueblo.
Ni “señor” ni “señorito”, mis amigos me llaman simplemente “jardinero”.
Un atento saludo.
El jardinero de las nubes.
http://eljardinerodelasnubes. blogspot. com/
Ni soy abogado de nadie ni responsable de este foro, salvo en lo que a mis intervenciones concierne. Sé perfectamente lo que es ser insultado y que se metan con tu familia, durante más años de los que acaso usted tenga. Simplemente quería que usted se pronunciara sobre si yo estaba incluido en los "otros" que usted señala, en esta particular caza de brujas que tanto pontifica. En mi caso, y así lo tengo reconocido hasta por personas de su credo político, sólo he criticado acciones del ámbito público, político y religioso. Jamás me he metido a enjuiciar la calidad intrínseca de una persona ni mucho menos su intimidad o sus entornos familiares. Yo sólo opino de lo que sé, veo o me informo cabalmente. Vuelvo al mismo ejemplo: reclamo insistentemente la publicación de las actas aprobadas en la web del ayuntamiento y no lo hacen, aun teniendo la obligación de hacerlo. ¿Cómo califico esta acción? Y si lo hago con justicia, ¿aún me pueden tildar de levantar falsa acusación y hasta de insultar la competencia del responsable de facilitar los archivos informáticos? Es decir, ¿podría por esa regla de tres adoptar esa demora en el pago de mis impuestos? Si un estamento exige, queda el derecho en un régimen supuestamente democrático de exigirles el cumplimiento de lo que tienen que cumplir y la total trasparencia e imparcialidad en todas las acciones de gobierno.
Lo vuelvo a decir: yo no pertenezco a ninguna formación política. No me convence ni el gobierno local, ni el regional ni el nacional. ¿Puede usted llamarme sectario por eso? Yo soy libre en lo que creo y en lo que pienso, y parto en todo de la base del respeto, aunque el respeto pueda acabar agotándose o perderse de golpe. En cambio, yo no me considero con derecho de insultar a nadie. Jamás he insultado a nadie, y esto, decididamente, es algo de lo que bien puedo presumir.
En fin, señorita Silvia, pertenecer un partido político tiene sus ventajas, pero también sus riesgos, entre ellos pensar que el cuerpo ideológico y las actuaciones de sus miembros son infalibles. Yo no pienso eso, y por ello no milito en ningún partido político... ni tan siquiera en ninguna iglesia. No apoyo a ésos que oprimen al pobre ni a los que guillotinaban a aristócratas en la Plaza de la Grêve. No apoyo la violencia física ni moral, y de ambas he padecido en este pueblo.
Ni “señor” ni “señorito”, mis amigos me llaman simplemente “jardinero”.
Un atento saludo.
El jardinero de las nubes.
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